"Las experiencias de las familias de Alfonso, Norma y Catalino, nos demuestran lo productivas, beneficiosas y sustentables que son las fincas campesinas cuando hay tierra, voluntad, esfuerzo, conocimientos y una convicción profunda en el presente y futuro de la cultura y la vida campesina. Son fincas autónomas, sostenibles en el tiempo, que benefician a quienes las trabajan, a las comunidades que las rodean, al país".