La industria alimentaria nos muestra todos los días una imagen tradicional de la agricultura, bucólica y por momentos idílica, que hace sentir seguros a quienes consumen sus productos. Sin embargo, muchos no saben que grandes partes del sector alimentario se reparten entre unas pocas transnacionales, que las condiciones de producción de lo que comemos todos los días muy lejos están de esa idea de seguridad y salud, y que la tendencia hacia la concentración del poder de la industria sigue en aumento.