Propongo dignificar a la Diosa Productividad tal como se merece. La tenemos presente todos los días frente a nosotros, el jefe nos exige productividad, el Estado quiere ser más productivo, las instituciones internacionales alaban la eficiencia para alcanzar las máximas cuotas de productividad y nosotros, y nosotras, apenas le mostramos nuestra devoción. Por ello planteo a quien corresponda datar el 26 de junio de cada año como Día Mundial de la Productividad.