El paro agrario expresa con claridad que el actual modelo de desarrollo rural es un fracaso. Los elevados costos de producción, la dependencia de las semillas privatizadas, la concentración y mal uso de la tierra, el crédito distorsionado y en general, el desestímulo a la producción propia de alimentos son resultado de una política dirigida desde el estado colombiano para sacar a la población rural de sus territorios.