No me paga el Gobierno de Entre Ríos, ni me inspira una actitud opositora al Gobierno oriental votado por la mayoría de nosotros. Tampoco escribo con algún reproche hacia los que aceptan trabajar para una industria contaminante cuando se los obliga a elegir entre la expansión del cáncer dentro de diez años o el hambre hoy. Ellos son las víctimas, no los responsables