Rubidia seca rápido las lágrimas de su rostro mientras relata la experiencia de su hija, Karen (nombre ficticio) quien recién ha terminado un largo y doloroso proceso médico en el Hospital Bloom, en San Salvador, debido a un cáncer de ovarios; “me han dicho que estará en vigilancia durante cinco años, yo solo le pido a Dios que no se vuelva a enfermar”, expresa a manera de alejar cualquier pensamiento adverso.