La Hidrovía Paraguay-Paraná se puso en marcha en la década de 1990 y, en Argentina, acompañó la implementación del modelo agroexportador que se consolidaría hacia el siglo XXI. Desde entonces, esta vía navegable ha jugado un rol clave en la conexión de los territorios de producción primaria hacia los centros productores globales y los mercados agroalimentarios internacionales.