Desde el planteamiento de soberanía alimentaria por La Vía Campesina en 1994, han surgido una serie de dilemas en torno a su viabilidad. Uno de estos dilemas es la coexistencia entre modelos productivos opuestos. Para responder esta y otras preguntas, es necesario utilizar una unidad de análisis que permita abordar la complejidad por un lado, y el carácter multidimensional y multiescalar por otro. El objetivo de este documento es proponer al territorio, entendido como una construcción social regida por dinámicas de poder, como esta unidad de análisis.