"En una serie de sorprendentes revelaciones contenidas en conversaciones grabadas, un antiguo contratista de Chevron, Diego Borja, amenazó con revelar evidencia de que Chevron manipuló las pruebas del juicio ambiental en Ecuador, a menos de que recibiera dinero suficiente por haber hecho entrega a ejecutivos de alto rango de Chevron, en junio del 2009, de las videograbaciones secretas."