El incendio que ha arrasado gran parte de la Amazonía este mes de agosto de 2019 tardó varias semanas en llamar la atención regional y mundial. Sin embargo, una vez conocido el hecho, se ha desatado una importante discusión sobre sus consecuencias y una significativa movilización internacional. Tachados de alarmistas durante mucho tiempo, vale decir de locos, nunca antes habían sido escuchados con tanta atención quienes auguran un cercano colapso civilizatorio de mantenerse las tendencias destructivas actualmente en marcha, como las que convergieron en el desencadenamiento de esta calamidad monumental.