“Existe una ofensiva colonial, imperial, con una fuerte presencia de EE.UU en toda nuestra región, con la idea de militarizar, apropiar y controlar bienes comunes y territorios: vemos la presencia de bases militares, estrategias de conflictos explícitos y no explícitos. Se rompe la línea que divide defensa y seguridad. Vivimos un regreso a la doctrina de la seguridad nacional. Para las fuerzas armadas en toda América Latina, el enemigo vuelve a ser el propio pueblo. Nos llaman terroristas, disidentes. Nos criminalizan por dialogar y reflexionar críticamente. Nos tildan de peligrosos."