La semana pasada estuve en Valencia y aprovechamos para ir a comer a la playa de la Malvarrosa. Una paella, faltaría más. La paella contenía arroz proveniente de Indonesia, camarones de Ecuador y la India, calamares de Argentina, pollo alimentado con maíz brasileño, conejo alimentado con soja boliviana, verduras de Marruecos, espárragos de Perú y Chile y todo eso con cariño y a fuego lento... con gas que nos llega desde Argelia. Para terminar, un café ugandés con azúcar dominicano y en el centro de la mesa unas flores colombianas. ¿Nos estamos comiendo el mundo?