El objetivo de este plan es muy claro: facilitar a las transnacionales la privatización de las terminales aéreas y portuarias, las carreteras, la energía eléctrica, el agua, el gas y el petróleo y, principalmente, apoderarse sin restricciones de las enormes riquezas en biodiversidad de la selva Lacandona, los Chimalapas en Oaxaca en México, y el Corredor Biológico Mesoamericano, que llega hasta Panamá. Tiene un costo proyectado de $25 mil millones e intenta abrir América Central y Colombia al libre comercio