"Es sabido que muchas de las áreas destinadas a la conservación, ya sea del Estado o privadas, se constituyeron en territorio ancestral indígena, esto se demuestra en las actividades tradicionales de subsistencia que lleva la gente local de los productos que extraen de los bosques y ceremonias de carácter espiritual. Al destinar estos sectores como parte del patrimonio que debe protegerse, se dejó de lado las tradiciones culturales de las comunidades, excluyéndolas de todo derecho a utilizar algo que les pertenecía. Por otro lado, es importante resaltar que la gestión de lugares destinados a la conservación no era compatible con participación ni uso por parte de comunidades locales."