La reciente intervención al interior de la Asamblea que reúne a parlamentarios de Europa y América Latina, conocida como Eurolat, mostró una vez más la unidad del movimiento global antifracking y la fortaleza de nuestros argumentos. Gracias al esfuerzo conjunto desde ambos lados del Atlántico, logramos cambiar el eje de la discusión en torno a un informe que en su redacción original buscaba promover esta degradante técnica. Esto permitió construir una plataforma para avanzar con una recomendación de moratoria al fracking en ambas regiones.