"No podemos hacer una lectura ingenua de la ley de semillas y consecuentemente hay que contextualizarla en los actuales ejes centrales estratégicos de las empresas transnacionales, que en términos generales basan sus acciones en la petición prioritaria de patentes de invenciones biotecnológicas incorporadas en variedades vegetales transgénicas, y las prácticas contractuales impuestas a los agricultores a partir de su posición dominante en el mercado de semillas y biotecnología vegetal. Para lograr efectividad, celebra a la vez acuerdos cartelizados con las grandes exportadoras y otros actores del mercado de granos y semillas, tal como lo ha denunciado Federación Agraria Argentina en 2014"