Mientras el sistema alimentario global de las agroindustrias provoca desastres, pandemias, guerras, hambrunas y enfermedades en la humanidad, esparciendo millones de litros de venenos sobre la tierra y la naturaleza, matando animales, insectos, plantas y humanxs en una guerra no declarada contra lo vivo, en nombre de la plusvalía y la ganancia de algunas grandes empresas transnacionales que controlan semillas transgénicas fabricadas en laboratorios y otros agrotóxicos que han transformado grandes extensiones del campo en desiertos. La pandemia nos hace ver que perdimos nuestra capacidad de producir nuestros alimentos, que perdimos el respeto a la naturaleza, la agroindustria deshumaniza el campo y el capital deshumanizó nuestra relación con la tierra y el territorio.