"La riqueza de Atenco no se puede medir con dinero. Un aeropuerto no vale siglos de historia. A veces creo que somos como el axolote o el ahuehuete, que a pesar de que les están robando cada día más su espacio vital, ellos siguen resistiendo y se niegan a morir, se niegan a dejar de seguir siendo lo que son. Así nosotros. Nos negamos a que nos despojen, a que dejemos de seguir siendo lo que queremos ser: indios, campesinos y rebeldes."