Los resultados de los sistemas de cultivo del instituto de Rodale, Farming Systems Trial (FST) de Estados Unidos, que comenzó en 1981 como un experimento agronómico diseñado para comparar sistemas de cultivos orgánicos y convencionales, han demostrado que los sistemas orgánicos regeneradores de la agricultura convencional reducen en forma significativa las emisiones de dióxido de carbono, gas muy importante de efecto invernadero.