Las conocidas represas del Madera, aquellas dos que se hallan en proceso de construcción en aguas del Madeira, cuyos impactos trascienden las fronteras poniendo en peligro a cientos de comunidades ribereñas en Bolivia (Pando y Beni), no sólo han generado atención de las organizaciones sociales y movimientos socio-ambientales del mundo, sino de ONGs, organizaciones regionales del Sur, redes de abogados del sistema interamericano y academias en general