La cumbre alimentaria de la ONU que comenzó el jueves 23 de setiembre se propone ayudar a resolver la crisis nutricional mundial, con 800 millones de personas que pasan hambre y 1.900 millones de personas con obesidad, alineando mejor los sistemas alimentarios con los objetivos de desarrollo. Pero no logrará nada de esto. La cumbre fue secuestrada desde el principio por poderosos intereses corporativos, pero la gente está resistiendo.