La adopción de la agricultura transgénica se viene dando en Argentina (1996) y Paraguay (1999) de forma sostenida, desencadenando un conjunto de complejos procesos en el ámbito socioeconómico y político en los territorios donde se despliega. Destacamos uno de ellos, aquél vinculado al impacto negativo en el ambiente, en la producción agropecuaria y la salud humana. La manifestación de este impacto se visualiza en los extendidos “incidentes de contaminación”, que serían consecuencia de la aplicación de los agroquímicos asociados a los cultivos transgénicos.