La conquista y colonización a partir del siglo XV del territorio bautizado como América y la condena a la servidumbre y el exterminio de sus pueblos originarios sirvieron a la apropiación de sus riquezas naturales, el oro y la plata que alimentaron el nacimiento del capitalismo emergente. Hoy, a casi doscientos años de que tuvieran lugar los procesos de independencia política en la mayoría de los países de la región, la América Latina, indígena y afrodescendendiente, sufre y se desangra ante un nuevo despojo bajo el imperio del capitalismo globalizado y su fase neoliberal.