“Hoy celebramos con alegría y emoción este aniversario, aunque sabemos que aun falta mucho para desterrar este peligro del campo mexicano y evitar un despojo más la riqueza que los indígenas, campesinas y campesinos le regalaron al mundo. Esta amenaza a nuestro maíz no está aislada de los múltiples golpes que se asestan a la población rural de nuestro país y a la cultura profunda que se preserva desde las familias, las comunidades, los barrios y las escuelas a lo largo y ancho del país.”