La geopolítica del común abre un nuevo frente en la batalla del capitalismo cognitivo y lo hace conectando códigos de pueblos de la Amazonía con vecinos ecuatorianos, académicos de América y Europa, movimientos de okupación urbana y personas de distintas instituciones ecuatorianas y de otros Estados latinoamericanos, además de hackers, activistas, comunicadores… hasta formar una red de más de mil quinientas personas discutiendo los problemas relativos a la explotación de su creatividad o a las dificultades de acceso al conocimiento.