La vida microbiana es el origen y el sostén de lo que llamamos vida. Las agriculturas, en consecuencia, también se basan en los microorganismos. El manejo de microorganismos en manos campesinas es central para lograr la soberanía alimentaria y la autonomía. Como las semillas, los microorganismos representan la memoria viva, un aspecto a proteger y desarrollar en forma colectiva, como prácticas de Soberanía popular.