"Si se materializa este nuevo despojo de nuestra última reserva de agua limpia, estaremos en una situación de riesgo y deterioro ambiental y de nuestra salud sin precedente. El agua que pretenden despojarnos las autoridades no servirá realmente para resolver las carencias de agua de los habitantes más pobres de la ciudad de Córdoba, sino que serán destinadas al consumo derrochador y contaminante de la industria y los fraccionamientos de lujo asentados en esa ciudad."