Actuando como siempre a espaldas de la revuelta popular y sus demandas, el gobierno de Piñera, junto al ministro de Relaciones Exteriores Andrés Allamand y los gremios empresariales, pretende que el Senado dé el paso final en la tramitación del Tratado Transpacífico. Lo hace mientras los y las ciudadanos de Chile buscamos sobrevivir y reorganizarnos para el plebiscito. Un poderoso “Apruebo” refrenderá este 25 de octubre la necesidad de una nueva constitución, en la mira de una Asamblea Constituyente plurinacional, feminista y popular. Será una criatura gestada a un año del estallido social, y su alimento fluye del caldo de cultivo de la pandemia, el hambre y la cesantía.