El hambre existe y no es consecuencia de la maldición de ningún dios triste y vengativo. 850 millones de almas la sufren de forma crónica y más del doble padecen malnutrición, según la FAO. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación luce en su escudo el lema "Fiat panis": hágase el pan