Las negociaciones en la OMC ganan fuerza a partir del momento en que los gobiernos de nuestros países invierten en ese proceso, cediendo a las presiones del imperialismo, del capital financiero, del agroneocio y de grandes empresas extranjeras y nacionales. Es necesario divulgar ampliamente los impactos negativos de los acuerdos de la OMC en nuestras sociedades y trabajar en la formación política de base e impedir que los gobiernos de nuestros países negocien nuestros derechos para beneficiar apenas un pequeño número de empresas agrícolas, que concentran tierra y ganancias, explotan a los trabajadores, incluso con trabajo esclavo, y destruyen el medioambiente