La orden es la de arrasar y destruir nuestras comunidades, arruinarlas, violentarlas, no dejar piedra sobre piedra, como hicieron recientemente con la comunidad de Balsillas en el municipio de Natagaima. El CRIT, no permitirá que se despoje de sus tierras a nuestras comunidades, pues sería, aceptar su desintegración física y cultural, es condenarlas a muerte