"En ese sentido, este 8 de marzo, las mujeres del campo denunciamos a las transnacionales del agronegocio como enemigas de nuestro pueblo al robarnos las semillas nativas y criollas, las tierras, el agua, la salud y la vida de nuestras familias. El modelo de producción a gran escala está atropellando nuestras prácticas tradicionales de agricultura campesina e indígena y con ello nos desplaza convirtiéndonos en las más grandes víctimas de sus acciones y su impunidad."