Hace un año nuestra historia se partió en dos, después de muchos siglos nuestro espíritu rebelde se hace presente para reclamar y exigir nuestros derechos, cuando dos mil habitantes afrodescendientes e indígenas del Alto Baudó durante 13 días nos movilizamos y nos concentramos en la cabecera municipal Pie de Pató para decirle al mundo que existimos en medio de la miseria, el abandono y la exclusión a la que nos ha sometido un sistema que ya no nos esclaviza con cadenas, pero nos invisibiliza, niega nuestra historia, niega nuestra forma de ser y nos mata de hambre.