La estrategia actual del Banco Mundial todavía mantiene una agenda fundamentalmente pro-corporaciones y una visión neoliberal de la economía. Tal es el caso en particular en el sector agrario, en el cual el Banco aboga por un modelo industrial y la integración de los agricultores en el mercado mundial. La mantra de “el comercio en vez de la asistencia” ha promovido la inversiones extranjeras directas como santo remedio para ayudar a que los países en desarrollo se conviertan hacia métodos de cultivo intensivos que requieren la utilización de mucho mas equipamiento y productos químicos.