La mayoría de los habitantes de Kivalina responden dubitativamente a la pregunta de cuánto tiempo creen que podrán seguir viviendo en sus casas. Solo Millie Hawley, directora de la oficina de recolocación de la ciudad, responde contundentemente con un: “dos años”. Esta es la realidad a la que se enfrentan los vecinos de esta pequeña localidad de Alaska, no saber hasta cuándo su hogar será un lugar seguro.