“Las semillas son de los pueblos, no de las corporaciones”, “no a la privatización de la vida” fueron alguna de las consignas que se escucharon en el palacio legislativo para repudiar el anteproyecto de la Ley de Semillas y creaciones Fitogenéticas, una normativa que el oficialismo busca modificar para establecer pago de cánones, regalías, y “poder de policía” a las corporaciones que alteran genéticamente las semillas.