Múltiples crisis, feudalismo del agronegocio y monopolización de territorios campesinos
Una visión desde Ecuador sobre la agrobiodiversidad y la red de la vida campesina
"El avance de los agronegocios, el extractivismo, las represas hidroeléctricas y la urbanización no planificada están amenazando la riquísima biodiversidad del país, incluida la agrobiodiversidad y los sistemas agrícolas patrimoniales que la sustentan".
INTRODUCCIÓN
Ecuador, situado en América del Sur, es un país pequeño pero extremadamente diverso. Alberga 14 nacionalidades y 18 pueblos indígenas diferentes, que conviven con comunidades afrodescendientes, montubias y campesinas mestizas, en zonas rurales. Con una superficie de 256.370 km2, se considera que el Ecuador tiene los mayores rangos de biodiversidad por unidad de área del mundo. En él se encuentran por lo menos dos centros de origen de los cultivos: el andino y el amazónico, aunque, según Piperno (2011), el cultivo de plantas comenzó en períodos muy tempranos de la historia de la humanidad en la costa del Pacífico de América del Sur. Según Gortaire (2016), en el Ecuador existen al menos ocho sistemas agrícolas patrimoniales.
Desafortunadamente, el avance de los agronegocios, el extractivismo, las represas hidroeléctricas y la urbanización no planificada están amenazando la riquísima biodiversidad del país, incluida la agrobiodiversidad y los sistemas agrícolas patrimoniales que la sustentan.
Una de estas amenazas es la producción industrial de maíz, que ha logrado arraigarse en el Ecuador a través de una serie de estrategias desplegadas por las empresas, con el apoyo del Estado en momentos de crisis o shocks. Estas tácticas –denominadas “doctrina del shock” por Naomi Klein (2014)– son cada vez más comunes. El Estado ha venido aplicando sistemáticamente políticas de apoyo a la agricultura industrial, y los múltiples shocks que están afectando al país y al sector campesino no sólo reducen la capacidad de resistencia de los campesinos, sino que constituyen una plataforma para promover este programa de políticas y los intereses de los sectores empresariales que se benefician de esas políticas.
Los shocks incluyen eventos naturales extremos (como terremotos y sequías) así como la aparición de plagas o enfermedades que deben entenderse dentro del desequilibrio ecológico creado por la agricultura de monocultivo. Las crisis afectan tanto a las agrobiodiversidad como a las poblaciones humanas, y están relacionadas con los sistemas políticos y económicos.
Lo que Klein plantea en su tesis sobre la doctrina del shock, o el “Auge del capitalismo del desastre”, es que las condiciones de crisis se utilizan para tomar decisiones y aplicar políticas que son ampliamente impopulares y que sólo benefician a unos pocos poderosos, y permiten así evitar la participación democrática popular, la rendición de cuentas o la resistencia. Como se analiza en este documento, las condiciones de crisis en el Ecuador se han utilizado para aplicar políticas que promueven la agricultura industrial en el campo.
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Fuente: African Centre for Biodiversity