La destrucción regulada de la biodiversidad
Corporaciones y gobiernos pueden destruir legalmente las áreas naturales protegidas si compensan en otro sitio la pérdida de biodiversidad. Ese arreglo no está funcionando, pero es cada vez más frecuente.
La compensación por pérdida de biodiversidad no es nueva: en los años ochenta, Estados Unidos, Alemania e India introdujeron este enfoque dentro de sus regulaciones ambientales. Según los defensores de esta idea, garantiza que las empresas que dañan la biodiversidad compensen su impacto ya sea manteniendo o mejorando la biodiversidad en otros lugares. No obstante, los ejemplos a continuación demuestran una realidad diferente: la compensación por pérdida de la biodiversidad socava la protección al medioambiente. Permite que las empresas ignoren las reglas de protección de la naturaleza en cualquier lugar particular de su interés, siempre y cuando prometan compensar el daño en otros lugares. De esa manera pueden afirmar que respetan las leyes de protección del medioambiente mientras, al mismo tiempo, destruyen la biodiversidad en lugares protegidos por la ley. En cierto modo, la retribución compensatoria permite que las agencias gubernamentales e instituciones financieras mantengan un flujo ininterrumpido de licencias ambientales y financiamiento para la destrucción corporativa, incluso en áreas protegidas y sitios incluidos en el Patrimonio de la Humanidad; lo anterior pese a que el catálogo de regulaciones ambientales se ha incrementado como respuesta a la presión pública, desde los años 70, por una mejor protección al medioambiente.
La siguiente cita de un bufete de abogados con sede en Nueva Zelanda sintetiza de manera clara la razón por la que no solo los gobiernos, sino también –o quizás, particularmente– las empresas están interesadas en compensar la biodiversidad:
“Las compensaciones por la pérdida de biodiversidad pueden ayudar a las empresas a gestionar sus riesgos de manera más efectiva y a fortalecer su licencia para operar al demostrar a los reguladores que las operaciones se pueden basar en un enfoque biodiverso ‘sin pérdida neta’ o ‘ganancia neta’, y al asegurarse el apoyo de las comunidades locales y la sociedad civil. Las compañías buscan cada vez más demostrar buenas prácticas en temas ambientales a fin de asegurar su licencia para operar y acceder al capital, obtener el consentimiento de manera oportuna, operar de manera rentable y mantener una ventaja competitiva”.
No resulta sorprendente, por lo tanto, que la compensación por pérdida de la biodiversidad se haya popularizado tanto. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza ( UICN), desde el comienzo de siglo se ha duplicado el número de países en los que se han introducido la compensación por pérdida de biodiversidad u otras formas de retribución compensatoria. Dicho instrumento recibió un gran impulso a nivel internacional durante la cumbre de Río+20 de 2012 en Brasil. La cumbre estuvo dominada por propuestas centradas en cómo lograr una economía verde a través de una valoración económica de la naturaleza, y las retribuciones compensatorias fueron presentadas como parte integral de la promesa de la economía verde. Muchas de las iniciativas de compensación por pérdida de biodiversidad que existen hoy en día, tanto a nivel corporativo como intergubernamental, se pueden rastrear al periodo previo y el seguimiento inmediato de la cumbre Río+20. Para 2017, 115 países habían adoptado regulaciones que permiten el uso de compensaciones para la biodiversidad o retribuciones similares. Como ya se señaló, las razones de este aumento son diversas, lo cual incluye:
- Muchos países han adoptado el objetivo político de “pérdida neta nula” de biodiversidad, y la compensación por pérdida de biodiversidad es el mecanismo para lograr este objetivo.
- La destrucción corporativa apunta cada vez más a áreas formalmente protegidas o a hábitats particularmente ricos en biodiversidad, donde hoy en día la ley da licencia a actividades destructivas solo en casos excepcionales. Como resultado, los pedidos corporativos de “flexibilidad regulatoria” están en aumento, con los esquemas de compensación y retribución compensatoria de biodiversidad propuestos como instrumentos para proporcionar dicho “flexibilidad regulatoria” o “maleabilidad”.
- El Banco Mundial y su brazo de financiamiento del sector privado, y la Corporación Financiera Internacional (CFI), han promovido en gran medida las disposiciones de compensación por pérdida de biodiversidad en la regulación ambiental en el Sur Global, a fin de facilitar la implementación de las disposiciones de la Norma de Desempeño 6 de la CFI. Estas Normas de Desempeño son un conjunto de requisitos y garantías que deben cumplirse para que la CFI pueda financiar un proyecto corporativo. Las disposiciones de compensación por pérdida de biodiversidad se agregaron a la Norma de Desempeño en 2012, el mismo año en que la cumbre de Río+20 dio un gran impulso a la compensación de la biodiversidad como un instrumento político. Las Normas de Desempeño revisadas de 2012 permiten a la CFI financiar destrucción en lo que el Banco Mundial ha definido como hábitat crítico. Antes de la revisión de 2012, la aprobación de la financiación de la CFI para la destrucción corporativa en dicho hábitat habría sido más difícil y controvertida.
Destrucción regulada del hábitat crítico
La Norma de Desempeño 6 de la CFI ha resultado ser una herramienta particularmente poderosa para la compensación por pérdida de biodiversidad, tanto a nivel corporativo como gubernamental. Dado que muchos bancos del sector público y privado han adoptado las Normas de Desempeño de la CFI o normas similares, la presentación de un plan de compensación por pérdida de biodiversidad prácticamente se ha convertido en un requisito previo para asegurar el financiamiento para la destrucción corporativa en aquello que el Banco Mundial ha definido como hábitat crítico. Debido a que muchos ríos han sido ya represados y muchos hábitats ricos en biodiversidad y menas han sido destruidos para extraer los minerales deseados, empresas de las industrias de energía hidroeléctrica y extractivas apuntan cada vez más al hábitat crítico para la expansión corporativa. Y dado que la financiación de la CFI suele ser crucial para asegurar una mayor financiación del sector privado hacia tales proyectos corporativos, las compañías hidroeléctricas, mineras y de petróleo y gas han sido pioneras en la compensación por pérdida de biodiversidad. Al presentar planes de compensación por pérdida de biodiversidad, esperan obtener una licencia pública para operar y asegurarse el respaldo de la industria de la conservación para dichos proyectos corporativos, los cuales se enfrentarían probablemente a la oposición pública por su ubicación en áreas de particular importancia para la conservación de la biodiversidad.
Compensación por pérdida de biodiversidad como puerta de entrada a la perforación petrolera en áreas protegidas y sitios que son Patrimonio de la Humanidad
En Kenia, las compensaciones por pérdida de biodiversidad permitieron a la compañía petrolera KJV obtener licencias y financiamiento para la exploración de zonas petroleras dentro de dos lugares que son Patrimonio de la Humanidad, el Parque Nacional Lago Turkana y los Lagos del Gran Valle del Rift, en Kenia. La perforación también afecta áreas protegidas. KJV se ha comprometido a llevar a cabo sus actividades en conformidad con las Normas de Desempeño de la CFI y desarrollar planes de compensación de biodiversidad con la esperanza de que ello facilite el proceso de concesión de licencias para la destrucción en áreas que son de gran importancia para la conservación de la biodiversidad.
La empresa energética francesa Total también cita la Norma de Desempeño 6 de la CFI como un motivo para desarrollar un plan de compensación por pérdida de biodiversidad para su proyecto de exploración petrolera Tilenga en Uganda y otras operaciones que involucran perforaciones en parques nacionales y otras áreas protegidas: “Total acordó cumplir con las Normas de Desempeño de la Corporación Financiera Internacional (CFI, Banco Mundial) para sus proyectos Tilenga, Papua LNG y EACOP, a fin de tomar en consideración la biodiversidad particularmente sensible de ciertos sitios”. La perforación petrolera de Tilenga y el Oleoducto de la Costa Este (EACOP, por sus siglas en inglés) afecta uno de los puntos críticos de biodiversidad del mundo, Albertine Rift, así como el espectacular Parque Nacional de Murchison Falls, un área que indudablemente califica como hábitat crítico. La empresa incluso reconoce que su operación se dirigirá a “un área particularmente sensible para la biodiversidad”. Sin embargo, los planes de compensación por pérdida de biodiversidad de Total para la perforación de petróleo en uno de los sitios mas importantes de biodiversidad del mundo culpabiliza al uso local de la tierra de la degradación de la biodiversidad (degradación que, según afirma, la empresa detendrá y revertirá); mientras tanto, cualquier mención a la devastación que causará la perforación de petróleo en este punto crítico de la biodiversidad está claramente ausente en la lista de factores que amenazan la biodiversidad.
En Costa Rica, la empresa energética Instituto Costarricense de Electricidad está experimentando con compensaciones por pérdida biodiversidad para resarcir por daños ecológicos como resultado de la construcción de una gran represa hidroeléctrica en el río Reventazón. La construcción de la presa es financiada, entre otros, por la CFI y el Banco Europeo de Inversiones. Según la empresa, “el río Reventazón califica como Hábitat Natural según la Norma de Desempeño 6 de la CFI”, y los cambios en la hidrología que resulten de la represa afectarán al Parque Nacional Tortuguero. Como medida compensatoria, la empresa prometió restaurar otro río, el Parismina y el gobierno de Costa Rica se comprometió a no desarrollar ninguna represa hidroeléctrica en Parismina durante las próximas décadas.
En Alemania, la compensación por pérdida de biodiversidad se ha convertido en una forma cada vez más común de compensación por daños ambientales, y un requisito que desde la década de 1980 es parte de la regulación ambiental. En la mina de carbón a cielo abierto más grande de Europa, que se extiende a lo largo de 85 km2, la compensación por pérdida de biodiversidad facilita la destrucción de una zona boscosa muy antigua, el Bosque de Hambach. La minería ha destruido bosques de hasta 12000 años. Actualmente solo queda un pequeño remanente de estos antiguos bosques, caracterizados por una muy alta diversidad biológica y estructural. Este tipo de bosque está protegido por el Anexo 1 de la Directiva de Hábitats de la UE. Como resultado, la compañía minera está obligada por ley no solo a reforestar el área después de la extracción, sino también a implementar medidas compensatorias adicionales (compensaciones por pérdida de biodiversidad) en terrenos localizados fuera de la concesión minera. Entre ellas se encuentra la restauración de antiguas tierras agrícolas ubicadas justo al norte de la mina. Como parte de una asociación entre la empresa minera RWE y la UICN, la cual fue muy criticada, la organización de conservación produjo un informe que sugiere, entre otros, que RWE considera “posibles medidas compensatorias”. El mismo informe señala, reconociendo los límites de la compensación por pérdida de biodiversidad, que las medidas de compensación “nunca alcanzarán el estado de biodiversidad de un bosque maduro”.
Cuando la perpetuidad no es duradera
La compensación por pérdida de biodiversidad de la polémica represa de Bujagali en Uganda demuestra lo poco confiables que son las promesas compensatorias. El proyecto de presa en el río Nilo es cofinanciado por la CFI. El embalse creado por la presa inundó cascadas ecológicamente significativas y riberas de gran importancia cultural y espiritual para los pueblos indígenas Basoga en el área del proyecto. En su comunicación pública, la CFI aseguró a sus críticos que las cataratas y las riberas “comparativamente importantes” se reservarían a perpetuidad como una compensación por pérdida de biodiversidad en el embalse de Bujagali. Sin embargo, el acuerdo legal que al final se firmó con el gobierno de Uganda no mencionó un compromiso de protección a perpetuidad. Como resultado, la perpetuidad solo duró hasta que un nuevo desarrollador de hidroelectricidad obtuvo permiso para otra represa en el río Nilo. Este nuevo embalse hidroeléctrico sumergirá las cascadas y las orillas de los ríos que se mantuvieron en reserva unos años antes para compensar la destrucción de las cascadas y las riberas aledañas causada por la represa de Bujagali. La CFI acordó la destrucción del sitio con medidas compensatorias por pérdida de biodiversidad a condición de que se identifique y proteja una nueva ubicación de compensación.
En Australia, Warkworth Sands Woodland, un área dedicada para ser un sitio de compensación para una mina de Rio Tinto, fue también destruida cuando se convirtió en parte de un proyecto corporativo a explotar.
Tales ejemplos demuestran uno de los tantos riesgos que las compensaciones representan para la protección de la biodiversidad: si hoy en día un área reservada como compensación por pérdida de biodiversidad en el futuro se vuelve económicamente interesante para una empresa, su destrucción también puede ser autorizada y financiada simplemente con la promesa de compensar una segunda ocasión a fin de reemplazar el área que la empresa ahora desea destruir. La compensación por pérdida de biodiversidad permite la destrucción perpetua en lugar de una protección formal de la biodiversidad.
Cada vez más países permiten la compensación de la biodiversidad
Pero como indica el número de países con regulaciones ambientales para compensar la compensación por pérdida de biodiversidad reportado por la UICN, que es de 115, no solo son empresas las que ahora están incorporando la compensación de la biodiversidad en sus planes de negocios. Liberia y Mozambique son dos países en los que el Banco Mundial ha financiado iniciativas de políticas de compensación por pérdida de biodiversidad. En Liberia, los consultores del Banco Mundial incluso desarrollaron una hoja de ruta nacional para compensar la pérdida de biodiversidad. En esta propuesta del Banco Mundial, se debe permitir la minería y otros proyectos de extracción en áreas protegidas o de alta biodiversidad, con la única condición de que los desarrolladores paguen una tarifa de compensación de biodiversidad que luego se utilizará para mantener y administrar (otros) parques nacionales y áreas protegidas.
En Mozambique, una organización involucrada en la hoja de ruta de compensación por pérdida de biodiversidad desarrollada gracias al apoyo del Banco Mundial explica por qué las empresas no deben temer la compensación de biodiversidad: “Lejos de ser una carga para las empresas privadas, esta nueva regulación puede acelerar el proceso de aprobación de nuevos proyectos al aclarar los procedimientos, empujando a las empresas a cumplir con las normas nacionales e internacionales, de las que cada vez más tienen que hacerse cargo”.
Colombia es otro país que en los últimos años ha revisado su legislación ambiental, y ha introducido el marco ambiental para compensación que, en la región, probablemente sea el más completo. Debido a que las actividades corporativas que requieren de la compensación por pérdida de la biodiversidad crecen con rapidez, también emerge un área de conflicto resultante de dicho marco ambiental: la compensación de la biodiversidad inevitablemente conlleva una doble apropiación de tierras, o al menos, conduce a un contexto en el que las empresas controlan no solo la forma en que la tierra se utiliza en el sitio de su proyecto corporativo, sino también en el sitio de compensación por pérdida de biodiversidad. El área del terreno en Colombia es considerable: solo entre 2013 y 2015, la demanda potencial de tierra declarada como compensación por pérdida de biodiversidad ascendió a más de 180,000 hectáreas. Así, se avecina una importante cuestión concerniente a la tierra, como señaló un observador en Colombia: “Con más de 8 millones de hectáreas bajo títulos mineros, más de 130 compañías petroleras y de gas con operaciones en el país a lo largo de al menos 1.5 millones de hectáreas, incluidas Shell, Oxy, Chevron, ExxonMobil y Petrobas, y miles de kilómetros de carreteras en tuberías que afectarán los sitios críticos de la biodiversidad, una de las preguntas centrales es de dónde van a salir las miles y miles de hectáreas necesarias para dichas compensaciones”.
La compensación por pérdida de la biodiversidad aumenta los conflictos sobre la tierra
El conflicto por la tierra se convertirá por tanto en un corolario cada vez mayor de la compensación por pérdida de la biodiversidad. Los proyectos de compensación de biodiversidad existentes ya nos prueban esta realidad. Tomemos el ejemplo de una empresa minera que busca una compensación por pérdida de biodiversidad para resarcir el bosque que será destruido por la mina corporativa. Para que un bosque califique como apto para su compensación, la empresa debe demostrar que si el bosque no se convierte en una compensación de la biodiversidad, se destruiría. Al evitar esta hipotética destrucción, la empresa puede demostrar que está compensando la pérdida de biodiversidad causada por su mina al prevenir la pérdida de biodiversidad en otros lugares. Este escenario de hipotética destrucción que la compañía afirma evitar a través de su compensación de biodiversidad tiende a incluir la siguiente narrativa: “Los campesinos pobres han deteriorado la tierra porque hacen uso del ‘corte y quema’ y extraen demasiada leña del bosque. Nuestra compensación por pérdida de biodiversidad evitará un mayor ‘corte y quema’ y recolección de leña, y ayudará a que el bosque se recupere”. A pesar de que los detalles varían, éste es el escenario hipotético que sustenta la mayoría de los proyectos de compensación por pérdida de biodiversidad existentes en el Sur Global. Comporta varias ventajas para la empresa: echar la culpa de la deforestación y la pérdida de biodiversidad a las prácticas de la agricultura campesina y la recolección de leña ayuda a invisibilizar el riesgo verdadero, la destrucción corporativa causada por la mina, la presa, etc. Dado que la compañía deberá asegurarse de evitar la hipotética destrucción a lo largo de los años, las necesidades de compensación de la biodiversidad corporativa controlarán el uso de la tierra en el sitio de compensación de la biodiversidad, así como en el sitio de la minería o el reservorio hidráulico. Es por eso que muchos advierten que la biodiversidad equivale a una doble apropiación de tierras, donde las necesidades corporativas superan las necesidades de la agricultura campesina en dos ubicaciones: el sitio de destrucción corporativa y el sitio de compensación corporativa.
Nuevas tendencias, mismos conflictos
En los últimos años, una tendencia en la compensación por pérdida de la biodiversidad ha sido que las compañías realizan pagos a los fondos fiduciarios de conservación que posteriormente implementan medidas de conservación etiquetadas como compensaciones de biodiversidad, en lugar de que las compañías estén directamente involucradas en la implementación de la compensación. Como resultado, cada vez es más difícil establecer un vínculo directo entre una compensación de biodiversidad en particular y la destrucción corporativa que se paga por ella.
Otra tendencia en la literatura de la industria corporativa y de la conservación es un cambio en la terminología. Muchos folletos corporativos y de la industria de la conservación no usan más la expresión “compensación de la biodiversidad”. En cambio, las publicaciones de la industria, las políticas gubernamentales, los documentos de planificación, las decisiones de concesión de licencias y los compromisos de financiamiento se refieren a la cuantificación de las “pérdidas y ganancias”, el logro de “ganancias netas de biodiversidad” o la “pérdida neta” de biodiversidad mediante el establecimiento de bancos de biodiversidad y fondos fiduciarios de conservación. Sin embargo, el distanciamiento del uso del término “compensación por pérdida de biodiversidad” no significa que el instrumento ha perdido atractivo en las industrias extractivas, en la industria de la conservación o en instituciones como la CFI y el Banco Mundial.
Literatura consultada:
World Rainforest Movement (2018): "Mainstreaming biodiversity" in extractive industries: Concealing devastation and land grabbing.
ReCommon (2017): Your Mine. Video about a biodiversity offset project in Madagascar.
ReCommon and World Rainforest Movement (2016): Rio Tinto’s biodiversity offset in Madagascar – Double landgrab in the name of biodiversity?
International Rivers website on the Bujagali dam.
A. Brock & A. Dunlap (2018): Normalising corporate counterinsurgency: Engineering consent, managing resistance and greening destruction around the Hambach coal mine and beyond. Political Geography 62: 33-47.
Fuente: Heinrich-Böll-Stiftung