El estado del acaparamiento global de tierras, según Land Matrix
"Si este poder corporativo no es desmantelado, los acaparamientos de tierra continuarán sometiendo al mundo cada vez más a la producción de materias primas agrícolas para que las corporaciones las procesen, las empaquen y las comercialicen – acompañado de toda la destrucción social y ambiental que el informe de Land Matrix documenta".
La iniciativa Land Matrix, (en el sitio de internet, seleccionar idioma español y volver a cargar la página) una colaboración entre institutos de investigación académica y la organización International Land Coalition, publicó recientemente un nuevo informe sobre lo que ellos llaman las adquisiciones a gran escala en el sector agrícola en todo el mundo. El informe da cuenta de 33 millones de hectáreas, las que fueron adquiridas por grandes inversionistas internacionales desde el año 2000. Éste es el tercer informe de este tipo, desde que se lanzó la iniciativa en 2009, y que nos brinda una evaluación completa de los datos que tienen hasta 2020.
En varios aspectos, la trayectoria de Land Matrix se ha dado en paralelo al propio trabajo de GRAIN sobre el mismo problema. Por lo tanto, vimos con mucho interés el lanzamiento de este informe. Después de leerlo, se destacan cuatro cosas.
1) 33 millones de hectáreas
En relación al alcance y escala del problema, claramente, los datos de Land Matrix están mejorando, pero hay discrepancias. Por ejemplo, los hallazgos, en el informe como en las bases de datos sobre Kazajstán, parecen omitir el enorme negocio de tierras por la enorme cantidad de 60 mil hectáreas por parte de Phoenix Global, con financiamiento del Banco Mundial, hasta que Phoenix cayó en quiebra en 2020.
Un problema importante, según nuestro punto de vista, es que Land Matrix sólo cubre los negocios en América Latina, África, Asia y algunos países de Europa Oriental, dejando fuera a países como Australia, Nueva Zelandia, Polonia, Estados Unidos y Canadá, donde inmensas áreas de tierras agrícolas son ocupadas por corporaciones desde 2008, particularmente por compañías del sector financiero.
Y todo esto tiene que ser revisado a luz de la impresionante poca información que Land Matrix obtuvo de los negocios y contratos involucrados. A pesar de los “diez años de una intensiva recolección de datos” y del apoyo de parte de poderosos gobiernos, donantes y agencias multilaterales, sólo pudieron identificar el nombre de la compañía detrás de los negocios, en 20% de los casos. Peor aún, la ubicación exacta de los negocios que involucran a compañías y gobiernos de países del G20, pudo determinarse solamente en 15% de los casos. No es un gran logro para una iniciativa que “fue creada en 2009 para cubrir la falta de datos de calidad, sobre el real alcance y naturaleza de la 'fiebre global por tierras'”.
2) La huella de destrucción
No obstante, el informe de Land Matrix coincide con lo que GRAIN y numerosos otros grupos han estado señalando por años sobre el impacto destructivo de estos negocios de tierras. Los resultados de los diez años de recolección de datos de Land Matrix son, en sus palabras, “aleccionadores”.
Algunos de los hallazgos importantes:
- Hasta un 70% de la tierra adquirida para agricultura aún no ha sido puesta a la producción.
- 87% de los contratos y adquisiciones están en áreas “alta biodiversidad”, mientras que el 39% está en “reservas de biodiversidad”, aún más ricas.
- Los efectos positivos indirectos para los pequeños propietarios son “raros”.
- 93% de todas las adquisiciones no han tenido inversiones de infraestructura materializada para las comunidades locales cercanas.- Estos negocios generan poco o nada de ingresos por impuestos, y muchos son operados a través de paraísos fiscales.
- Casi la mitad de los contratos no ha considerado consulta alguna con las comunidades locales afectadas.
Es de utilidad que Land Matrix haya podido correlacionar los datos de GPS que lograron obtener con otros conjuntos de datos sobre cobertura forestal. Los hallazgos son devastadores, porque queda claro el potencial de una deforestación aún mayor. También es devastador el vínculo entre esta destrucción del entorno, el cambio climático y las pandemias globales —sólo para que un grupo cada vez más concentrado, de ejecutivos de los agronegocios gane dinero.
Por alguna razón, sin embargo, el informe no discute para nada las causas y los causantes. Se refiere tan sólo a la cadena de efectos y qué hacer con éstos. Ésta es una oportunidad que se pierde, ya que el importante ejercicio de sumergirse entre miles de casos sólo se puede hacer una vez cada tanto.
3) ¿Se viene una nueva ola?
Otro importante hallazgo del informe de Land Matrix es que el crecimiento en el número de acaparamientos de tierra, que se ha desacelerado en los últimos años, podría aumentar en un futuro cercano. Dan cuatro razones para esto: biocombustibles, geopolítica, inflación en los alimentos y programas de recuperación post-Covid. Aparte de la geopolítica, que el informe realmente no explica, tendemos a coincidir. Pero replantearíamos el problema.
Muchos países enfrentan una importante crisis energética y alimentaria en este preciso momento. Los suministros de energía no están satisfaciendo la demanda, por varias razones: desaceleración de la producción y el transporte, algo de esto debido al Covid; decisiones de los proveedores y políticas nacionales. Esto está originando el alza de los precios, lo que a su vez origina la inflación en los alimentos, tanto directamente como a través del alza del precio de los fertilizantes. Estas dos crisis son inseparables, y están además, vinculadas a la catástrofe climática, por lo que necesitamos urgentemente detener el uso de combustibles fósiles y el reinado a gran escala de los agronegocios, si es que vamos a reducir las emisiones.
¿Se traducirá esto en mayor acaparamiento de tierras? Nadie lo puede asegurar. Pero es cierto que algunos gobiernos están considerando nuevos programas de biocombustibles, de grandes dimensiones, como India y Sudáfrica. Y esto ya se está traduciendo en nuevos acuerdos de negocios en tierras, como lo vimos en Angola y Congo, que firmaron acuerdos con ENI, el gigante italiano del sector energía.
La tierra agrícola también se está convirtiendo en un objetivo para los fondos de pensión y otros inversionistas institucionales que están bajo presión para demostrar las llamadas inversiones “verdes” en sus portafolios, dando lugar a fondos de tierras agrícolas que afirman invertir en “agricultura regenerativa” en las propiedades que adquieren. El informe de Land Matrix no discute este punto, pero el " financiamiento verde" se suma a los factores que pueden llevar a una mayor ocupación corporativa de tierra agrícola en todo el mundo.
El informe destaca que la mayoría de la tierra que ha cambiado de manos a través de estos mega sistemas, desde el año 2000, ha sido supuestamente para producir aceites vegetales (especialmente de palma) y alimento animal (especialmente soja y maíz) y, en particular, para la exportación. Los hallazgos hacen énfasis en lo que nosotros y otros hemos argumentado hace mucho tiempo: que el acaparamiento global de tierras no solamente significa que las corporaciones están quitando las tierras de las manos de las comunidades locales, sino que las corporaciones también están quitando los alimentos de las manos de los locales. Esto ha sido parte de la expansión de la dominación corporativa sobre todo el sistema alimentario, y esto, en sí mismo, es el problema principal que enfrentamos hoy.
Si este poder corporativo no es desmantelado, los acaparamientos de tierra continuarán sometiendo al mundo cada vez más a la producción de materias primas agrícolas para que las corporaciones las procesen, las empaquen y las comercialicen – acompañado de toda la destrucción social y ambiental que el informe de Land Matrix documenta.
4) Recomendaciones utópicas
El informe de Land Matrix fracasa completamente en lo que respecta a sus recomendaciones, que no son realistas ni tienen base. Por ejemplo, el equipo propone poner la condición de que los inversionistas en tierras a gran escala deban adherir a las directrices voluntarias de las Naciones Unidas sobre tenencia de tierras, que no están hechas para detener el acaparamiento de tierras y que difícilmente se pueden implementar, como afirma en repetidas ocasiones el mismo informe de Land Matrix. Exigen transparencia, sobre todo en los acuerdos de negocios por tierras apoyados por finanzas públicas, a pesar de muchos ejemplos, de hace décadas, del rol nocivo de este tipo de financiamiento en la agricultura. Piden que los pequeños productores sean consultados e incluidos en las negociaciones por las tierras o en sistemas de agricultura bajo contrato, y parecen creer que incorporando criterios de sustentabilidad en los acuerdos internacionales de inversión, como si fuera algo mágico, se evitarían en algo los problemas en el futuro. Durante el evento de lanzamiento, ONGs de los Estados Unidos y académicos de Sudáfrica expresaron incredulidad frente al hecho que Land Matrix estuviera presionando por este tipo de soluciones para las injusticias y horrores que se cometen a través de estos negocios.
La verdadera razón por la que los llamamos acaparamientos de tierra y no adquisiciones de tierras a gran escala, es debido al conflicto y la ilegitimidad que los caracteriza. Grupos de derechos humanos han publicado registros de cientos de defensores de la tierra que han sido asesinados cada año desde que el auge del acaparamiento de tierras detonó, principalmente de mano de las grandes corporaciones. La violencia, el crimen financiero, el abuso contra los trabajadores, mujeres, habitantes locales y miembros de muchas organizaciones con las cuales trabajamos, es cosa cotidiana y simplemente no tiene conexión con las recomendaciones de Land Matrix.
La urgencia por detener estos negocios para que no sigan avanzando, y de hecho, cancelar tantos como sea posible y lo más rápido posible, surge de estas realidades. Esta es la única recomendación creíble. Esperamos que otros también lleguen a la misma conclusión.
Fuente: GRAIN