El acuerdo comercial RCEP intensificará el acaparamiento de tierras en Asia
La Asociación Económica Integral Regional (Regional Comprehensive Economic Partnership, RCEP, por sus siglas en inglés) es un mega acuerdo comercial que está en etapa de propuesta y que incluye a diez países del Sudeste Asiático y otros seis socios comerciales.Si se adopta, será el acuerdo comercial más grande a nivel mundial. El RCEP no sólo cambiará las reglas sobre la exportación e importación de bienes y servicios; cambiará la forma en que los gobiernos deciden sobre los derechos de tierras y quiénes tienen acceso a ellos. Tiene el potencial de aumentar el acaparamiento de tierras en toda Asia — que ya es un enorme problema en esta región. Las consecuencias son de gran alcance, pues pone en riesgo los medios de subsistencia de millones de agricultores y pescadores en los países miembros del RCEP, donde la población lucha por autoalimentarse.
La tierra es una necesidad básica para la agricultura. El acaparamiento de tierras por parte de inversionistas y empresas de agronegocios extranjeras despoja y pone en riesgo la vida y los medios de subsistencia de los pequeños agricultores y las comunidades indígenas que tratan de mantener la producción de alimentos. Además, la concentración de tierras tiende a hacer más vulnerables a los países frente a la fluctuación de precios de los alimentos, la especulación y a la necesidad de importar.
Entre los países miembros del RCEP, durante la última década, más de 9 millones 600 mil hectáreas de tierras agrícolas ya fueron transferidas desde las comunidades rurales a las corporaciones extranjeras. Las mayores transferencias han ocurrido en Australia, Camboya, Indonesia y Laos. Es interesante notar que la mayoría de los acaparadores de tierra provienen de otros países del RCEP.
Compañías como Wilmar y Olam de Singapur, el conglomerado Daewoo de Corea del Sur o la empresa agrícola china Beidahuang Group, están entre las que han adquirido cientos de miles de hectáreas de tierras agrícolas, en toda la región del RCEP. En Camboya y Laos, la mayoría de los extranjeros propietarios de los campos provienen de los países limítrofes que son parte del RCEP, como Vietnam y Tailandia, seguidos por conglomerados de China y Corea del Sur.
Desde que comenzaron las negociaciones del RCEP en 2012, hemos estado viendo que el aumento del comercio electrónico y las tecnologías de la información están atrayendo a nueva corporaciones hacia la inversión en tierras agrícolas entre los países miembros del RCEP. Existe información respecto a que Alibaba, el gigante chino de comercio electrónico, adquirió 29 campos lecheros en Nueva Zelanda totalizando 12 mil hectáreas. Y el agresivo crecimiento de la agricultura bajo techo tiene a compañías de China, Japón y Corea del Sur invirtiendo en producción de alimentos en Singapur y Vietnam.
El acuerdo comercial del RCEP tiene el potencial de agravar y aumentar esta tendencia en el acaparamiento de tierras. El texto de la negociación es secreto, pero de acuerdo con las filtraciones, el RCEP propone reglas que facilitarán la transferencia de tierras de los productores de alimentos en pequeña escala hacia las grandes empresas de agronegocios. Estas disposiciones se encuentran en dos capítulos: el capítulo de inversión y el capítulo de servicios. Ambos obligan a los gobiernos a eliminar barreras a la inversión extranjera, incluyendo las inversiones en la agricultura y en las industrias de servicios relacionadas con los alimentos y la agricultura.
- Una de las reglas importantes es la llamada “trato nacional”. Bajo el acuerdo del RCEP, cada país debe tratar a las corporaciones multinacionales de otros países del RCEP como si fueran compañías nacionales. Esto significa que, a menos que hagan excepciones especiales cuando firmen el texto, países como Indonesia, las Filipinas y Tailandia, que actualmente restringen la facultad de los extranjeros a ser propietarios de tierras agrícolas, ya no podrán hacerlo más. Esto se aplica de la misma manera a los comerciantes y productores de alimentos o a las instituciones financieras que inviertan en ellos. En resumen, los países del RCEP tendrán que abrir, sin restricción, los mercados de tierras a todos los inversionistas que sean de la región del RCEP —y está claro que estos inversionistas tienen apetito de adquirir tierras.
- Ambos capítulos también contienen cláusulas de ‘standstill’ y ‘ratchet’ (punto muerto y trinquete). Esto significa que los gobiernos tiene que congelar sus niveles actuales de apertura de los mercados y si aumentan la liberalización no pueden volver atrás. En la década pasada, países del RCEP como Laos y Japón, adoptaron una serie de cambios legislativos para eliminar las protecciones sobre las tierras agrícolas de las que los pequeños agricultores y las comunidades indígenas gozaban tradicionalmente, exponiéndolos a la apropiación de sus tierras por parte de las corporaciones agrícolas a gran escala.
- El capítulo de inversiones del RCEP incluye el conflictivo mecanismo de “resolución de disputas inversionista-estado”. Esto le entregará a las compañías de la región del RCEP el derecho de demandar a los gobiernos donde inviertan, en tribunales de arbitraje privados, si las ganancias esperadas no se cumplen debido a medidas gubernamentales. Esto podría aplicarse fácilmente a la agroindustria y las industrias de servicios alimentarios.
Un llamado a la acción
Las organizaciones de la sociedad civil en los países miembros del RCEP están muy preocupadas por la manera en que este acuerdo comercial impactará los alimentos y a los agricultores. El RCEP pone en riesgo los medios de subsistencia y los derechos de mucha gente y, a la vez, brinda en forma agresiva protección y privilegios a las corporaciones. Y este conflicto ya se ha convertido en una amenaza de muerte: los defensores de la tierra en los países del RCEP, especialmente India, las Filipinas y Myanmar, están siendo acosados y asesinados, principalmente en las luchas contra las compañías de agronegocios.
En este contexto, y como mucho está en juego, debemos exigir que:
- Los negociadores del RCEP deben permitir el pleno acceso a los textos en negociación para permitir un debate público informado, que es necesaria urgentemente ante esta propuesta de acuerdo comercial.
- Cualquier riesgo de que los pequeños agricultores y las comunidades indígenas pierdan los derechos a las tierras agrícolas y el control sobre sus territorios, debe ser una causa de rechazo del RCEP.
- Los gobiernos miembros del RCEP deben tener la libertad de restringir los derechos de los inversionistas sobre la tierra agrícola.
¿Qué podemos hacer?
- Mantenernos más informados y organizar discusiones y debates en torno al RCEP en sus comunidades. Un recurso para revisar es el sitio abierto de publicaciones https://bilaterals.org/rcep.
- Estar atentos a https://rceplegal.wordpress.com/, https://keionline.org/ y https://www.bilaterals.org/rcep-leaks por las filtraciones de textos y análisis de los capítulos del RCEP.
- Asistir a las reuniones del RCEP. Demandar la liberación pública de los textos que se están negociando para tener un mejor análisis y crear conciencia sobre cómo el acuerdo afecta los medios de subsistencia de las personas en los países miembros del RCEP. Expresar nuestras preocupaciones, como lo han hecho ya algunos grupos: https://www.grain.org/e/5758
- Integrarse a la campaña popular regional sobre el RCEP y la justicia comercial, y participar en movilizaciones colectivas como los días de acción regionales.
- Leer “How RCEP affects food and agriculture”, que existe también en idioma khmer, japonés, tai y coreano.
- Seguir el hashtag #NoRCEP en Twitter, Facebook e Instagram
Para saber más:
- El sector lácteo de India bajo amenaza por los nuevos tratados comerciales https://www.grain.org/e/6281
- La filtración de un nuevo capítulo del acuerdo comercial de Asia muestra que el RCEP socavará el control de los agricultores sobre las semillas https://www.grain.org/e/5498
Fuente: GRAIN