30 años de GRAIN, las lecciones aprendidas
"GRAIN ha crecido mucho, pero su esencia ha cambiado muy poco desde que se fundó en 1990. Lo que se inició como una apasionada y decidida iniciativa de unos cuantos activistas en Europa, ha madurado para convertirse en una organización internacional sólida, diversa y descentralizada. Durante este periodo, las políticas y la visión de GRAIN no se han debilitado, sólo se han vuelto más robustas. En este documento compartimos algunas de las lecciones aprendidas y las reorientaciones que hemos realizado durante este periodo de 30 años, con la esperanza de que les puedan ser útiles a otras personas".
Reorientamos de nuestra atención principal del sector público a las corporaciones. En la primera década, gran parte del trabajo de GRAIN estuvo orientado al debate de políticas a nivel internacional: promovimos la toma de conciencia, hicimos activismo y cabildeo en los organismos de las Naciones Unidas y otros foros gubernamentales. Sin embargo, pronto nos dimos cuenta que había una gran distancia entre lo que se decidía en estas lejanas instituciones y lo que ocurría en terreno. Esto coincidió con nuestro proceso de descentralización, a través del cual GRAIN extendió sus raíces en el Sur global para un mejor trabajo junto a la sociedad civil y a las organizaciones campesinas.
Al mismo tiempo, aprendimos que las corporaciones dictaban mucho de las políticas públicas. Esto era obvio en los foros internacionales, donde dominan los grupos de cabildeo, pero era igual de cierto a nivel nacional, donde la ayuda en dólares estaba atada a objetivos comerciales y a acuerdos comerciales, todo para promover el papel del sector corporativo. Además, la investigación publica en agricultura —un área de intenso escrutinio y debates durante los primeros años de GRAIN— desaparecía y estaba siendo privatizada.
A comienzos de siglo, GRAIN comenzó a centrarse más en el papel e impacto de las corporaciones para tratar de entender y evidenciar cómo operan y para desarrollar, con nuestros socios, estrategias para enfrentarlas. Estamos muy felices de haber hecho este cambio, porque sentimos que, realmente, hacemos una contribución en este tema.
Ampliamos la mirada desde las semillas al sistema alimentario global. Inicialmente, GRAIN, se centró sobre todo en las semillas y la biodiversidad agrícola, y las luchas específicas en torno a ellas. Pero después de la crisis alimentaria y financiera del 2007, ampliamos nuestro programa para incluir la tierra, el agua y la crisis climática. Junto con nuestro trabajo de varios años sobre agronegocios y comercio, comenzamos a encuadrar nuestro trabajo en torno a los sistemas alimentarios, lo cual nos permitió tener una mirada mejor y más completa. Esto nos permitió entender mejor el papel dominante de los mercados en darle la forma a la producción de alimentos. Realizamos un análisis más profundo de la conexión entre el sistema alimentario y la crisis climática, por mencionar sólo algunos ejemplos.
Aprendimos a trabajar con los movimientos sociales. Durante muchos años, GRAIN luchó por separarse de los circuitos del cabildeo y de la ONGs y trabajar directamente con los movimientos sociales. Esto no es una crítica a las ONGs —después de todo somos una ONG. Pero nuestro compromiso es con los movimientos populares porque ellos son el motor del cambio.
Un resultado importante de esto fue aprender a trabajar con La Vía Campesina (LVC), una red mundial de organizaciones campesinas. GRAIN se ha convertido en un aliado de LVC debido a los años de acompañamiento al movimiento y a muchos de sus miembros. A partir de esta labor aprendimos que los movimientos deben ser quienes encabecen los procesos, mientras que el papel de los grupos como GRAIN es apoyar y, a través de este apoyo, fortalecerlos. Fue LVC quien desarrolló el marco de trabajo de la soberanía alimentaria y éste llegó a ser una importante referencia para que GRAIN y muchos otros mantengamos un enfoque claro y efinamos con más facilidad nuestras prioridades. También comenzamos a relacionarnos con movimientos que luchaban contra los acuerdos comerciales y la crisis climática, ofreciendo nuestro análisis y experiencia en los sistemas alimentarios, como nuestra contribución.La investigación que realiza GRAIN, por la cual somos mejor conocidos, tiene como objetivo servir a toda clase de movimientos sociales. En este proceso, GRAIN aprendió a convertirse en un grupo de apoyo, lo cual es, centralmente, como nos vemos hoy a nosotros mismos.
Nos mantuvimos pequeños y conectados con la realidad
Siempre hemos querido mantenernos pequeños y ágiles, viendo como tamaño ideal un límite de un equipo de 15 personas. De otra forma corremos el riesgo de necesitar demasiada estructura y burocracia. Preferimos operar como un equipo de personas que son autónomas, de confianza y libres para ser creativos, ya que esto nos permite abordar nuevos temas, prever nuevas tendencias, responder a nuevas necesidades y ser ágiles en el papel que nos toca jugar. Esto es crucial para mantenernos relevantes.
GRAIN está organizado para este fin: somos horizontales, transparentes y funcionamos internamente como un colectivo. También valoramos mucho tener en nuestro equipo personas que son activistas locales, profundamente conectadas con las comunidades, con organizaciones amigas y con las luchas en sus regiones. Para nosotros, contar con una combinación de un equipo con un mandato global para monitorear y cubrir las tendencias internacionales y un equipo con un mandato regional que pueda trabajar directamente con nuestros aliados locales, junto con un sólido apoyo en la coordinación, permite una fertilización cruzada y nos mantiene conectados con la realidad.
El acaparamiento de tierras. Cuando estalló la crisis global de los precios de los alimentos de 2007 y una nueva oleada de acaparamiento de tierras se desató en todo el mundo, GRAIN lo percibió muy temprano y fue uno de los primeros en documentar lo que ocurría. Decidimos, sin embargo, restringir nuestra investigación y monitorear sólo a los proyectos que estaban desplazando a los agricultores a cambio de una producción de alimentos en respuesta a la crisis alimentaria. Esto significó que proyectos destinados a establecer infraestructura, explotar minas, construir represas, crear iniciativas de conservación o establecer plantas de energía, a menudo quedaran fuera de nuestros objetivos. Nuestro razonamiento fue que había buenas razones para centrarse en el acaparamiento de tierras para la producción de alimentos y que era más manejable para un equipo pequeño como nosotros. Tampoco vinculamos nuestro trabajo con el proceso histórico del acaparamiento de tierras que no ha sido motivado por la crisis alimentaria. Omitir estos aspectos significó que no podíamos abordar una parte importante de la realidad del acaparamiento de tierras, lo que podría hacer nuestro trabajo menos relevante para diversos grupos. Sin embargo, nuestros hallazgos nos permitieron, junto con nuestras organizaciones amigas en el movimiento de la soberanía alimentaria, llevar a cabo una serie de campañas importantes, que incluso hoy siguen activas.
Conectamos los movimientos por el clima y la alimentación. Nuestro primer intento de dejar en evidencia el vínculo entre el sistema industrial de producción de alimentos y el cambio climático se inició en 2009 con una edición especial de nuestra revista Seedling. Antes de esa fecha, había pocos estudios que nos brindaran una clara imagen del papel del sistema alimentario en la emisión de gases con efecto de invernadero. Los hallazgos de GRAIN lograron evidenciar cuánto contribuye el sistema industrial de producción de alimentos a la crisis climática, incluyendo las emisiones producidas por las principales corporaciones globales productoras de carne y lácteos. Más tarde, también empezamos a calcular el impacto sobre el clima de los nuevos acuerdos de libre comercio, en términos de su impacto sobre la producción de alimentos y la agricultura. Contrastamos estos hallazgos con información sobre cómo la agroecología, liderada por campesinos y la soberanía alimentaria, pueden “enfriar el planeta”—ahora y a medida que la crisis empeora. Gran parte del debate sobre el clima aún continúa centrada en los combustibles fósiles y la energía como origen del problema, incluso entre la comunidad activista. No hemos sido lo suficientemente activos en ayudar a vincular los movimientos por la soberanía alimentaria y los movimientos por el clima, una tarea que consideramos crucial para congregar a un movimiento amplio para abordar la crisis climática. Es necesario continuar trabajando en esto.
Asegurando los recursos. Una dificultad que a menudo enfrentamos es la de tratar de asegurar que no seamos vistos como una agencia recaudadora de fondos —¡porque no lo somos! GRAIN usualmente dependía de ONGs de desarrollo europeas para apoyar nuestro trabajo. Luego de la crisis financiera de 2009, esto cambió. Comenzamos a diversificar nuestra base de financiamiento y, desde entonces, no nos hemos detenido. Esto ha ayudado a mantener a GRAIN a flote, pero también nos ha puesto en contacto con un rango más amplio de donantes. Pasamos mucho tiempo presentando donantes a las organizaciones amigas y desarrollando proyectos en conjunto con diferentes tipos de grupos, lo cual, creemos, es un importante papel que jugamos.
Mirando hacia atrás, mirando hacia adelante. Este hito ha puesto en relieve que, más o menos, en los próximos diez años, algunos de los miembros “mayores” del equipo dejarán la organización, incluidos a los dos fundadores. Tenemos que llevar a cabo la transición de una manera que permita, a los miembros del equipo que permanecen, reinventar GRAIN y mantenerlo fuerte. Necesitamos incorporar a una nueva generación de activistas. Muchas organizaciones, en algún momento, enfrentan este proceso de transición y en GRAIN hemos comenzado a discutir sobre cómo llevarlo a cabo. ¡Cualquier buena experiencia o idea sobre cómo hacerlo es muy bienvenida!
30 años en el tiempo. Contar nuestra historia nos vincula a una historia mayor, la de las luchas por la soberanía alimentaria. En la siguiente línea del tiempo se puede ver que GRAIN creció de ser un pequeño grupo que realizaba cabildeo en favor de las semillas ante las agencias de las Naciones Unidas a ser un colectivo internacional que apoya a los movimientos de base. El trabajo comenzó a fines los años 80, cuando Henk Hobbelink y Renée Vellve trabajaron juntos en la campaña de una ONG, principalmente europea, que apoyaba la diversidad de semillas en el campo. Luego, se opusieron a la toma de control de las empresas familiares de mejoramiento vegetal por parte de las grandes corporaciones de agroquímicos y realizaron campañas contra la expansión de los derechos de propiedad intelectual sobre las semillas. Junto con otros activistas, decidieron que este trabajo necesitaba de una estructura más autónoma e institucional y en 1990 fundaron GRAIN. A través de los años, GRAIN amplió su alcance, pero mantuvo su esencia.
30 años de GRAIN: Haga click aquí para ver una cronología y profundizar en la historia de GRAIN
30 publicaciones para 30 años
Como parte de la conmemoración de GRAIN por nuestro aniversario número 30, hemos reunido este compendio de 30 de nuestras publicaciones más influyentes, interesantes e impactantes. Los temas abarcan desde leyes de semillas al acaparamiento de tierras, acuerdos de libre comercio e impacto de la ganadería industrial sobre la crisis climática. Muchas de estas publicaciones fueron investigadas y producidas, en terreno, en colaboración con nuestros socios de todo el mundo. (ciertas publicaciones no están disponibles en español)
Growing diversity: Genetic resources and local food security (1992)
Biodiversidad, sustento y culturas (1994)
Diez razones por las que la UPOV es un mal negocio (1998)
Grains of delusion: Golden rice seen from the ground (2001)
¿Adónde nos lleva la Bioseguridad? (2005)
Soberanía Alimentaria y sistema alimentario mundial (2005)
Jugando al gallito ciego: el papel central de la industria avícola en la crisis de la gripe aviar (2006)
¡Paremos la fiebre de los agrocombustibles! (2007)
El negocio de matar de hambre (2008)
Influenza porcina: un sistema alimentario que mata (2009)
Seedling - Veinte años de lucha (2010)
Fondos de pensiones: actores claves en el acaparamiento mundial de tierras agrícolas (2011)
Alimentos y cambio climático: el eslabón olvidado (2011)
'El gran robo de los alimentos', un nuevo libro de GRAIN (2014)
Planète huile de palme (2014)
Hambrientos de tierra (2014)
¡Juntos podemos enfriar el planeta! (2015)
El gran robo del clima (2015)
La criminalización de las semillas campesinas – resistencias y luchas (2015)
El acaparamiento global de tierras en el 2016: sigue creciendo y sigue siendo malo (2016)
How RCEP affects food and farmers (2017)
Semillas en Resistencia (2018)
Los verdaderos productores de semillas (2018)
¡Que no nos engañen otra vez! Veinte años a de mentiras sobre el Arroz Dorado (2018)
Emisiones imposibles: Cómo están calentando el planeta las grandes empresas de carne y lácteos (2018)
Un viaje de 30 años acompañando la lucha por la soberanía alimentaria (2020)
Millones obligados a decidir entre el hambre o el Covid-19 (2020)
Fuente: GRAIN