Agrotrasnacionales, interesadas en producir ganancias, no alimentos: ETC

Idioma Español
País México

En México, centro de origen del maíz, no se debe permitir la siembra de cultivos transgénicos, porque las empresas trasnacionales han dejado en claro que el desarrollo de biotecnología no tiene como fin producir alimentos, sino comercializar carbohidratos y biomasa que les generan millonarias ganancias en agrocombustibles, forrajes y fármacos, entre otros productos, advirtió Pat Mooney, director ejecutivo del Grupo ETC

 

Al participar en la Casa Lamm en el foro Intento de hacer transgénico todo lo vivo, advirtió que empresas como Monsanto utilizan un lenguaje racista para referirse a las semillas tradicionales que emplean los agricultores y para diferenciarlas de las híbridas que comercializan como presuntamente mejoradas.

 

La realidad, expuso Mooney en el encuentro organizado por La Jornada, es que los granos llamados híbridos requieren de cruzas que duran años; lo único que hacen las empresas es congelar la evolución de las semillas. En cambio, aseveró, las empleadas por los campesinos han demostrado ser mejores, debido a que están en una permanente adaptación y evolución natural en el ambiente.

 

Estrategia con semillas

 

Mooney especificó que la estrategia de compañías trasnacionales como Monsanto –a las que el gobierno de México dio permisos para cultivos experimentales de maíz transgénico– ya no es más tener semillas para plantar y producir alimentos; en realidad, lo que quieren es producir carbohidratos o biomasa para ser utilizados en la elaboración de bioplásticos, combustibles o lo que tenga un precio comercial más alto.

 

El mercado de los productos de la nueva generación biotecnológica o ingeniería en genética extrema, dijo, es mucho más grande que el sistema alimentario, el cual se calcula globalmente en 8.5 billones de dólares.

 

“Alimentar a los pobres no está en el radar de ninguna de estas empresas. Cuando uno está en México pueden leerse carteles que dicen ‘Sin maíz no hay país’, pero al ser México centro de diversidad, en realidad si no hay maíz se acaba la humanidad.

 

Tenemos muy claro que necesitamos apoyar la lucha que tiene lugar en México para no permitir que Monsanto se apropie de un centro de diversidad de tantos alimentos, dijo.

 

Al respecto, la directora del Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano (Ceccam), Ana de Ita, destacó que múltiples sectores del país llevan a cabo acciones para impedir que los campesinos se conviertan en agroindustriales o se vuelvan migrantes, como pretenden las empresas trasnacionales.

 

“Si las empresas lograran que la agricultura campesina –que es el reino de la diversidad y de la autonomía porque los campesinos deciden qué, dónde y cómo plantar– sea industrial y homogénea, no sólo desaparecerían los campesinos sino todos nosotros, porque ese reino de la homogeneidad opera totalmente contra la naturaleza y la vida.”

 

La Jornada, México, 14-3-10

Comentarios