Verdes
El artículo de Eduardo Bustelo en el Cash (17 de octubre de 2010) el “El progresismo verde y la minería” contiene, detrás de un lenguaje muy académico, una serie de falsedades e imprecisiones que es necesario explicitar y denunciar.
En primer lugar porque su análisis histórico y la caracterización que hace del pensamiento verde no es más que una sarta de prejuicios maniqueístas que sólo buscan descalificar a uno de los movimientos más innovadores y revolucionarios de las últimas décadas. Y reducir ese pensamiento a una búsqueda del retorno a “un pasado impoluto” es por lo menos reduccionista. Ahora, ignorar que existe un movimiento verde cuestionador desde las raíces del capitalismo depredador y que integra la necesidad de las satisfacción de las necesidades humanas, la búsqueda de una sociedad más justa y la posibilidad de una sociedad que debe necesariamente convivir con la naturaleza es sin lugar a dudas malintencionado. Invito a los lectores a los que les interese realmente informarse y leer los documentos de la Unión de Asambleas Ciudadanas o de la Red Nacional de Acción Ecologista, que no están integradas por “meras fundaciones o ignotos organismos no gubernamentales” sino por vecinos y vecinas de todo el país, incluidas las provincias andinas, que sufren cada día los impactos de estos proyectos.
Detrás de la defensa del “federalismo” que parece sostener Bustelo se esconde el discurso de “los recursos son nuestros y entonces hacemos lo que queremos con ellos”. Lamentablemente olvida que la Constitución Nacional otorga el dominio originario de los recursos naturales pero establece que es la Nación la que debe establecer los presupuestos mínimos de protección, ya que los bienes naturales son un patrimonio de todos los argentinos. Y también deja de lado que los principales protagonistas de la resistencia a la minería son los habitantes de esas provincias andinas que han logrado importantes logros desde la histórica resistencia del pueblo de Esquel.
Finalmente el vínculo entre inversiones extranjeras, desarrollo y creación de fuentes de trabajo no deja de ser una hipótesis que no tiene ningún sustento en la realidad. La necesidad de un debate profundo y honesto sobre la minería, así como también sobre el modelo agrario exportador basado en la producción de soja, es una deuda de todos los argentinos que no admite simplificaciones ni discursos descalificadores.
Carlos A. Vicente
Grain y Acción por la Biodiversidad
gro.aldadisrevidoib@ofni
Fuente: Págnia 12