Trigo transgénico HB4: voces contra el agronegocio
Anabel Pomar, periodista ambiental y Guillermo Folguera, biólogo, filósofo, investigador del CONICET opinan sobre la decisión oficial de liberar el trigo transgénico.
Anabel Pomar, periodista ambiental y vecina de Exaltación de la Cruz, señaló a La Izquierda Diario que “nuestro municipio es altamente pulverizado, tenemos de 60 mil hectáreas, 30 mil ocupadas con transgénicos y venenos, así que conocemos en primera fila los mismos impactos con afectaciones que producen estos plaguicidas altamente peligrosos”.
Pomar explicó que “hay plaguicidas altamente peligrosos, pulverizados sobre nuestra población, están en el aire, están en los alimentos, estos plaguicidas que nos comemos nosotros allá en primera fila, acá se los comen en los platos de las mesas, se lo beben en el agua, lo respiran el aire, vivas donde vivas, la Argentina de hoy está siendo fumigado”.
La periodista sostuvo que “por eso es importante decir basta, para poner esto en contexto, en Argentina se utilizan 140 plaguicidas altamente peligrosos prohibidos en otros lados del mundo. No faltan pruebas, tampoco faltan pruebas en nuestro propio país de las afectaciones de los niños y niñas con daños genéticos, de la cantidad de enfermedades que hay, que coinciden con los lugares altamente pulverizados. Sobran complicidades. Tenemos un Estado que lo que hace es profundizar aún más este modelo. Prueba de ello es la triste noticia de la liberación de un trigo transgénico. El trigo hasta ahora no es que no tuviera agrotóxicos. Recordemos que antes, durante, y después le tiran plaguicida, pero este es especialmente diseñado para tolerar un plaguicida que es mucho más peligroso, inclusive que el glifosato que es un probable cancerígeno. Estamos hablando que es 15 veces más peligroso”.
Guillermo Folguera señaló que estamos a “25 años de aprobado el primer transgénico y ya hemos visto las consecuencias. Hace poquitos días se terminó de aprobar la circulación comercial del trigo transgénico, se trata evidentemente de una situación muy seria, una situación que los efectos de alguna manera esperados se concretaron: concentración y propiedad sobre la tierra, deterioro en la calidad alimentaria, degradación de la matriz productiva. Los números de la desigualdad social son elocuentes, estamos hablando de la mitad de la población de Argentina bajo la línea de la pobreza, cerca del 95 por ciento de personas en grandes urbes, una degradación ambiental y también degradación social acompañada de la contaminación química, que es otra de las cuestiones siempre ocultada en el trigo transgénico HB4, que tiene paquete tecnológico con el glufosinato de amonio”.
Folguera agregó que estuvo en Catamarca y le comentaron “lo que fue la experiencia de la soja entrando a Catamarca: entra este modelo, degrada los suelos, expulsa a los campesinos, impermeabiliza, se inunda y se retira. Un mapa, una asociación ya conocida”.
Fuente: La Izquierda Diario