Transnacionales en la mira

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Entrevista a Tom Kucharz, activista de Ecologistas en Acción de España, sobre la Cumbre de jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que se reúne en Santiago entre el 26 y el 27 de enero.

Entrevista con Tom Kucharz, integrante de Ecologistas en Acción de España

 

El embajador de la Unión Europea en Chile, Rafael Dechao Morerno, no podía ser más franco y directo respecto a las expectativas que tiene de la Cumbre de jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que se reúne en Santiago entre el 26 y el 27 de enero. El objetivo de este evento, según el funcionario, es que “salga adelante el concepto de seguridad jurídica y se den señales a favor de reglas del juego claras para los inversionistas, pues ha habido últimamente falta de respeto de algunos países con empresas europeas”. (1)

 

Dechao Moreno lo que teme es que pueda paralizarse el saqueo del que ha sido objeto la región latinoamericana. En la última década, la Unión Europea ha invertido un promedio de 30.000 millones de dólares por año, convirtiéndose en el mayor inversionista, según datos de la CEPAL, aunque va perdiendo terreno frente a la creciente penetración de China en el continente.

 

Las transnacionales europeas dedicadas a actividades extractivas y manufactureras, a servicios bancarios y financieros, al sector energético y a las telecomunicaciones, han repatriado a sus casas matrices ingentes utilidades: de un promedio cercano a los 20.000 millones de dólares entre 1998 y el 2003 pasaron un máximo de 93.000 millones de dólares en 2008, según datos de CEPAL. (2)

 

Sobre estos temas, entrevistamos a Tom Kucharz, activista de Ecologistas en Acción de España.

 

- Uno de las temas que se ha planteado en la Cumbre de jefes de Estado y de gobierno de CELAC-Unión Europea es el tema es el tema del fomento y la seguridad jurídica de las inversiones, ¿que opina al respecto?

 

Cualquier persona que esté preocupada por las políticas públicas, la justicia social y ambiental, los servicios públicos, la democracia, debe saber que las inversiones capitalistas y neoliberales que se han ido imponiendo a través de tratados bilaterales o tratados de libre comercio son una gran amenaza para nuestros derechos universales y nuestros derechos fundamentales. La seguridad jurídica se refiere más bien a un marco del derecho comercial internacional donde las actuaciones de las grandes corporaciones transnacionales y los mercados financieros quedan impunes, en cualquier situación de crímenes ambientales o sociales o económicos estos derechos comerciales internacionales están por encima de los derechos humanos. Este es el marco de seguridad jurídica a los que se refieren, o sea no tiene nada que ver con justicia sino que tiene que ver con garantizar que los beneficios siempre estén garantizados para las empresas privadas. Esto demuestra que la agenda de la Unión Europea y de muchos gobiernos neoliberales de América Latina está claramente enfocada en defender los intereses privados de grandes corporaciones, del capital privado, del capital transnacional, o sea defiende a una minoría de la población mundial y nunca a las mayorías que constitucionalmente deberían defender.

 

- Los movimientos sociales acusan a las transnacionales de violar derechos humanos, de atentar contra los derechos de la naturaleza, ¿esto es así?

 

Por supuesto, existe una evidencia muy clara e irrefutable de que la mayoría de las corporaciones transnacionales, con el objetivo de tener el máximo beneficio en el menor tiempo posible, tienen una enorme cantidad de externalidades sociales y ambientales. Y eso significa que tienen que violar sistemáticamente derechos humanos para logar el aumento de los beneficios, el incremento de su penetración en los mercados nacionales y a nivel global. Eso se ha demostrado en sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en diferentes juicios a nivel nacional en los que se ha denunciado y juzgando a empresas. Ya lo denunciaba Salvador Allende en su discurso de diciembre de 1972 ante Naciones Unidas que uno de los problemas fundamentales era el poder de las corporaciones que no respondían a los intereses de ningún Estado nacional en concreto, sino que tenían su propia agenda e imponían una serie de ajustes estructurales y cambios en las legislaciones muy profundos, que tenían sus impactos en políticas de defensa, políticas de guerra, políticas en relación a servicios públicos.

 

- A nivel de Naciones Unidas, el Pacto Mundial promueve la autorregulación de las empresas transnacionales, ¿es suficiente esta autorregulación?

 

No, ya desde los años setenta, en el marco de Naciones Unidas, se buscaba un marco legal vinculante, lo que pasa es que la fuerza de los Estados capitalistas y también el lobby de las grandes empresas han hecho que este objetivo se elimine en Naciones Unidas , pero existían grupos de trabajo e incluso propuestas como una Corte Penal Internacional para juzgar crímenes económicos de las grandes corporaciones; eso se dejó aparte y se fueron por Global Compact de Kofi Annan y otros engaños como el paradigma de la responsabilidad social corporativa que es una pantomima, un lavado de cara de las empresas, y también de las asociaciones y sindicatos que se dejan engañar o voluntariamente han participado en estos esquemas y tienen que saber que son corresponsables por los crímenes que cometen las corporaciones, porque les avalan de cierta manera.

 

- Europa vive una crisis muy profunda, y en esas circunstancias se da esta Cumbre Unión Europea-CELAC, ¿qué interés tiene Europa respecto de América Latina?

 

Yo creo que la prioridad más grande de la Unión Europea es Asia. Las grandes inversiones se dirigen a China, India, Indonesia, Filipinas, están viendo ahí una fuente de recursos naturales muy importante. Oriente Medio para el abastecimiento de combustibles fósiles, y también Asia central son fundamentales para la sobrevivencia del sistema capitalista; pero América Latina tiene varios roles dentro del esquema capitalista de la Unión Europea, tanto para el poder económico como político. Uno es el abastecimiento de recursos naturales. La economía europea no funcionaría sin la provisión de todo tipo de recursos naturales, combustibles fósiles y minerales. El crecimiento económico y toda la cadena productiva manufacturera, en un 90 por ciento, depende de la importación de materias primas renovables y no renovables, de biomasa, eso es tanto así que podríamos decir que sin la importación de materias primas minerales habría un peligro para 271 millones de puestos de trabajo, directos e indirectos, y gran parte de estas materias primas minerales vienen de América Latina. O sea, hay una relación de dependencia enorme y ellos quieren, con el concepto de seguridad jurídica, con los tratados de libre comercio y la estrategia europea sobre materias primas, poner una tenaza a los Estados, de no permitir restringir las exportaciones de materias primas hacia la Unión Europea.

 

- Además de materias primas, ¿qué otros intereses tiene la Unión Europea?

 

Por ejemplo servicios financieros, los bancos, todo lo que son sectores estratégicos: agua, electricidad, transporte, infraestructuras, la construcción es un sector emergente, donde hay empresas europeas dominando en el mundo, y por lo tanto están muy interesados en buscar los contratos públicos de los estados emergentes que tienen crecimiento económico. Por lo tanto hay más dinero público para las infraestructuras. Y ahí recomendamos a los movimientos sociales aprender de nosotros, ver cómo en los últimos 20, 30 años, hemos gastado billones de euros de dinero público en grandes infraestructuras, que, con el fin del capitalismo, basado en los combustibles fósiles y con la crisis energética, van a quedar inútiles. Grandes puertos, aeropuertos, trenes de alta velocidad, autopistas, ahora se pretende construirlos en Brasil, Chile, Argentina, infraestructuras de interconexión internacional, pero el comercio internacional va a cambiar en los próximos veinte años, con la crisis energética y la disminución del abastecimiento de petróleo el comercio internacional ya no va ser el del 2007, va a disminuir y vamos hacia capitalismos mucho más regionales, capitalismos de Estado como el chino. Entonces, ampliar el Canal de Panamá o crear estas nuevas conexiones para el acceso al mercado mundial, de aquí a 20 años van a quedar obsoletas y no van a dar tiempo ni siquiera para amortizar el gasto público que se va a invertir ahí.

 

Otros intereses criminales de Europa en América Latina tiene que ver con la enorme riqueza, la biodiversidad, todavía hay mucha naturaleza virgen y ahí quieren crear los mercados de biodiversidad, los mercados de carbono, lo que ellos llaman la “economía verde”, ese es un sector muy lucrativo para las transnacionales. Y finalmente todo lo que tiene que ver con los agrocombustibles para el transporte motorizado en Europa, gran parte de biomasa forestal para centrales térmicas, para la producción de electricidad en base de biomasa, y también para la ganadería industrial. En realidad, hay una enorme transferencia de biomasa de América Latina hacia Europa, de soja, por supuesto, que significa una ocupación de 20 millones de hectáreas de tierra de Brasil y Argentina, eso significa violación sistemática de los derechos a la alimentación, al agua, a la vida, de las personas que son desplazadas en Brasil y Argentina.

 

- Finalmente, las élites europeas y latinoamericanas han hablado de una “alianza estratégica” entre las dos regiones, desde los pueblos y desde los movimientos sociales, ¿qué tipo de relacionamiento, de entendimiento se puede tener?

 

Llevamos años construyendo campañas muy concretas contra los tratados de libre comercio, contra los tratados de inversiones, denunciando y llevando a tribunales a empresas concretas que tiene que ver con crímenes en América Latina. Ahí tenemos que seguir construyendo una solidaridad mutua entre los movimientos sociales y populares de los dos continentes; no esa solidaridad vieja donde se miraba a América Latina añorando los procesos revolucionarios sino una solidaridad mutua, donde también necesitamos solidaridad para la lucha que tenemos en Europa, la lucha de los movimientos populares en Grecia, Portugal, el estado español, Italia, Irlanda, Bélgica; tenemos campañas por la abolición de la deuda pública en Europa, por la auditoría de la deuda en Europa, entonces estamos construyendo vínculos con los procesos de auditoría que hubo en Brasil, en Ecuador, junto con Jubileo Sur; por ejemplo, en la lucha contra los agrocombustibles, trabajamos con los sectores afectados como la Vía Campesina y otros sectores muy implicados como Amigos de la Tierra de América Latina; en la lucha contra la privatización del agua, en la lucha contra las trasnacionales y la especulación financiera, contra la crisis climática, contra la mercantilización de la naturaleza, contra las represas y contra el patriarcado que sustenta el modelo neoliberal en ambas regiones.

 

Notas

 

(1) Jubileo Sur, “La única falta de respeto es con los derechos de los pueblos”, ver aquí

 

(2) Claudio Lara, Cumbre CELAC- Unión Europea: ¿Encuentro o desencuentro entre dos bloques?, ver aquí

Fuente: ALAI

Temas: Corporaciones, Criminalización de la protesta social / Derechos humanos, TLC y Tratados de inversión

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