Transgénicos, plagas, pesticidas y cambio climático están acabando con las abejas
"La transición hacia una agricultura más sostenible y la reversión de la simplificación de paisajes agrícolas ofrecen respuestas estratégicas fundamentales a los riesgos vinculados con la disminución de polinizadores".
Por los monocultivos, las siembras con semillas transgénicas, el excesivo uso de pesticidas, enfermedades y plagas, así como por el cambio climático, 40 por ciento de los polinizadores invertebrados y 16 por ciento de los vertebrados del mundo están en peligro de extinción, advierte un informe reciente de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (Ipbes, por sus siglas en inglés), en el que participan 124 países.
Especifica que en el mundo hay más de 20 mil especies de abejas silvestres que, junto con avispas, mariposas, escarabajos, aves, murciélagos, entre otros animales, contribuyen a la polinización, de la cual dependen más de tres cuartas partes de los cultivos de alimentos y casi 90 por ciento de las flores silvestres.
El informe, en el que participaron científicos de diversos países, entre ellos México, se propone que para salvaguardar a los polinizadores amenazados hay que promover la agricultura tradicional, recuperar el conocimiento indígena, disminuir el uso de pesticidas, buscar formas alternativas de control de plagas y mantener la diversidad de paisajes y jardines.
La transición hacia una agricultura más sostenible y la reversión de la simplificación de paisajes agrícolas ofrecen respuestas estratégicas fundamentales a los riesgos vinculados con la disminución de polinizadores, expuso.
Apunta que los insecticidas tienen una amplia variedad de efectos letales y subletales en los polinizadores en condiciones experimentales controladas, pero sigue sin resolverse la cuestión de los efectos subletales para algunas colonias y poblaciones de abejas silvestres. Investigaciones recientes sobre insecticidas neonicotinoides (que actúan en el sistema nervioso central de los insectos) dan cuenta de los efectos letales y subletales que estos producen en algunas abejas, así como algunos indicios de efectos en la polinización.
Advierte que los cultivos genéticamente modificados, los cuales portan características para la tolerancia a herbicidas y resistencia a los insectos, son un riesgo para las abejas y mariposas, entre otros polinizadores, pero aún se desconoce de qué forma ese tipo de sembradíos afecta a la abundancia y la diversidad de las especies polinizadoras debido a la falta de datos.
Ante ello, la agrupación Ma OGM Colectivo sin Transgénicos asentó que continuará su batalla contra la siembra de soya transgénica a nivel comercial en la región, ya que pone en riesgo la actividad de 15 mil apicultores.
Rémy Vandame, investigador del Colegio de la Frontera Sur, apuntó que la siembra de soya transgénica pone en riesgo a las abejas por el uso de insecticidas y agroquímicos que trae consigo el monocultivo, así como a 40 por ciento de la producción de miel del país, a las familias que se dedican a dicha actividad, a la selva maya y a la diversidad cultural y biológica de la región.
Apicultores de Chihuahua han manifestado inquietud por la reducción de las colmenas. El año pasado sólo se registraron 20 mil de las 45 mil que existían en 2014 y la producción de miel se redujo en más de 50 por ciento.
Según datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, México es el quinto exportador de miel y en la Península de Yucatán se produce 40 por ciento, que se exporta principalmente a Alemania.
Fuente: La Jornada