Suplemento Ojarasca N° 202
"Nosotros que estamos en esta tierra, sin el maíz no viviríamos, sin el maíz no andaríamos. Este maíz yo sí creo que está entre nosotros, está vivo, se hace niña se hace niño, se hace como nosotros, se ve como nosotros, porque esta planta cuando no crece es porque también espera el agua, quiere agua, no puede crecer para dar alimento, no puede crecer sólo con frío. También espera el sol como nosotros."
Nosotros estamos acá en este día donde estoy quitando mi maíz, porque lo estoy echando en este cuarto donde él está, donde nadie lo pueda pisar, donde nadie le pueda hacer daño, porque este maíz lo valoramos mucho, lo valoro mucho yo y lo valoran todos lo que estamos aquí, porque han dicho que este maíz es la vida y la salvación.
Nosotros que estamos en esta tierra, sin el maíz no viviríamos, sin el maíz no andaríamos. Este maíz yo sí creo que está entre nosotros, está vivo, se hace niña se hace niño, se hace como nosotros, se ve como nosotros, porque esta planta cuando no crece es porque también espera el agua, quiere agua, no puede crecer para dar alimento, no puede crecer sólo con frío. También espera el sol como nosotros.
Dicen que este maicito llegó como una persona y por eso se hace niña, se hace niño, porque éste, este maíz amarillo, decimos que es como nuestra carne, nosotros como indígenas somos amarillos, es nuestra piel, y este maíz morado es nuestro cabello o nuestra pestaña, así es como nosotros nos comparamos con este maíz morado, y con este blanco. Este maíz es nuestro hueso, porque nosotros tenemos huesos blancos. Y este maíz rojo es como nuestro cuerpo, como nuestra sangre que nos da fuerza, y tiene cabello, y por eso nosotros, como indígenas, en esta comunidad Oxeloco, lo valoramos y lo queremos.
Nosotros cuando no hay maíz nos encuentra la tristeza o la muerte, pero cuando hay maíz tenemos mucha alegría, nos reímos mucho y sentimos que estamos bien, estamos contentos, y no nos falta nada. Pero cuando no hay maíz hay mucha enfermedad, hay muchos problemas, y por eso nosotros queremos nuestro maíz, porque él es de aquí, él no viene de otro lugar, viene de lo que Dios nos dio con su trabajo, lo que Dios nos entregó para estar vivos, para vivir, y por eso lo valoramos mucho, lo queremos mucho.
Suplemento Mensual Número 202, Febrero 2014 (leer online)
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