Semillas de nueva planta de Monsanto contaminarán suelos argentinos, dice estudio
Según una investigación de la Red Universitaria de Ambiente y Salud, la siembra de maíz transgénico con potentes insecticidas afectará el ciclo natural de la tierra y dañará a los humanos.
Las semillas de Monsanto, procedentes de la planta que se está emplazando en Malvinas Argentinas, Córdoba, contaminarán enormes extensiones de suelo argentino y amenazarán la salud de las personas expuestas a ellas, indicó el Dr. Medardo Avila Vazquez, miembro de la Red Universitaria de Ambiente y Salud (REDUAS).
La nueva planta, estará destinada a acondicionar semillas transgénicas de maíz, proceso que requiere seleccionarlas e impregnarlas de varios agroquímicos, entre ellos la clotianidina, advirtió Monsanto en la exposición de su proyecto.
La conclusión de una investigación de REDUAS, encabezada por Avila Vazquez, presume que la contaminación y daño que causará en Argentina es inminente. “Este químico se encuentra prohibido en Europa por sus efectos tóxicos ambientales”, comunicó REDUAS el 22 de octubre.
“Europa lo acaba de prohibir, y esto se autoriza [en Argentina] porque los Estados están copados por la industria, muchos de los funcionarios de las áreas de control son ex-ejecutivos o beneficiarios de ‘becas’ de las empresas”, expresó a La Gran Época el Dr. Medardo Avila Vazquez.
El investigador agregó que, para su aprobación se presentaron estudios falaces, hechos por ‘científicos’ de las empresas biotecnológicas.
En 2012, Monsanto anunció la construcción de la planta que será una de las más grandes del mundo. La misma acondicionará semillas de maíz, no destinadas al consumo, que serán adquiridas por los productores de granos, los que podrán utilizarlas para la producción de alimentos, biocombustibles, etc.
Su inauguración está prevista para 2014 y se estima una capacidad de 3,5 millones de bolsas de semillas para la siembra, comunicó Monsanto.
El proceso de preparación de las semillas de maíz tiene varias etapas, una de ellas es la que llaman “curado” del grano, que consiste en impregnar las semillas de agroquímicos muy persistentes (venenos de moléculas que no se degradan ni modifican) para luego colorearlas, con el fin de diferenciarlas del grano para consumo.
El recubrimiento hace que la semilla pueda resistir el ataque de hongos e insectos que se encuentran en el terreno donde va a ser plantada, reporta Monsanto, por ello los venenos que utilizan en esta etapa son insecticidas y fungicidas de amplio espectro.
“Es una práctica generalizada, desgraciadamente", dijo el científico.
"Creen que así protegen a las semillas de la ‘vida biológica’ de los suelos. En realidad están contaminando el suelo. Las semillas están dirigidas para ocupar 3,4 millones de hectáreas; y en esas tierras quedará la clotianidina que, por lo menos, en dos años no se degrada” explicó durante la entrevista.
En otro aspecto, señaló que la presencia de insecticida es muy “peligrosa y grave” para la vida natural de las lombrices, escarabajos y bacterias en esas superficies, y mayor aún es el riesgo que corren las personas, por la persistencia de los tóxicos.
“Desde el suelo pasa al agua y el agua (va) a los tanques de agua de nuestras casas”, dijo el Dr. Avila Vásquez.
La Clotianidina
La clotianidina es un insecticida sistémico del grupo de los neonicotinoides (llamados así por actuar de forma similar a la nicotina) y su utilización recientemente (en mayo de 2013) se prohibió en todos los países miembros de la Unión Europea.
Del mismo modo se prohibieron las semillas tratadas con clotianidina y otros agrotóxicos similares. En Europa, la semilla que preparará Monsanto en Malvinas Argentinas no se puede sembrar porque la consideran una grave amenaza para el medio ambiente.
La utilización de los neonicotinoides coincidió con la aparición de grandes mortandades de abejas, por primera vez en Francia, más tarde también en Italia, España, Suiza, Alemania, Europa del Este, India, EE.UU. y Brasil, comunicó REDUAS.
La marca comercial del insecticida es ‘ Poncho’ y el laboratorio es Bayer Cropscience. En la hoja de seguridad del producto, advierte que es nocivo por ingestión, muy tóxico para los organismos acuáticos y puede provocar a largo plazo efectos negativos en el medio ambiente.
De acuerdo a lo que señaló el Dr. Medardo Avila Vazquez a La Gran Época, los efectos de la clotianidina en el organismo humano también son muy peligrosos ya que daña las moléculas del ADN del núcleo de nuestras células y si no logramos reparar ese daño o eliminar las células mutantes que se generan, esto puede devenir en cáncer o malformaciones.
Consecuencias en la polinización
Según la investigación de REDUAS, la clotianidina daña a las abejas al afectar áreas del cerebro que permiten a los insectos polinizadores orientarse en el espacio y regresar a su colmena, panal o nido. Al intoxicarse por el veneno, las abejas vuelan sin rumbo y mueren lejos de las mismas.
Además de afectar a las abejas, esta sustancia, daña a todos los insectos silvestres polinizadores: avispas, moscas de todo tipo, arañuelas, mariposas y coleópteros, produciendo un grave daño al proceso de polinización.
Este proceso es fundamental para que las plantas en flor produzcan cualquier tipo de semillas y de frutas. El intercambio de polen entre las flores, tiene el objetivo de la reproducción, es un proceso fundamental para el mantenimiento de la vida sobre la tierra, destacó el informe de REDUAS.
Científicos de la Universidad de Purdue, el año pasado, realizaron una investigación para revelar los efectos de la clotianidina, utilizada para el tratamiento de las semillas de maíz, en las abejas melíferas. Los resultados evidenciaron presencia de clotianidina en las zonas donde se alimentan incluso mucho tiempo después de que el maíz haya sido tratado.
Monsanto en Córdoba
“De la mano del maíz se crearán nuevos empleos, se impulsarán las economías, la infraestructura y los servicios y, además, se desarrollarán industrias de alto valor agregado y amigables con el medio ambiente” destacó la transnacional Monsanto en su página web.
Los estudios de REDUAS evidencian para los opositores de los productos de Monsanto en Córdoba, que la economía local se puede ver afectada por los daños en el ambiente y en la salud. Un costo que no está considerado en las evaluaciones.
“Los cordobeses tendrán el orgullo de contar con una de las plantas más importantes del mundo” (...) allí se realizará una producción segura y responsable, que cumplirá con las normas vigentes y los más altos estándares internacionales en la materia”, sostiene Monsanto.
Sin embargo, desde el 18 de septiembre, vecinos autoconvocados de Malvinas Argentinas y zonas aledañas están bloqueando el ingreso de materiales de construcción a la obra en curso en la Ruta Provincial 188 e hicieron una denuncia por contaminación ambiental.
De igual modo, un relevamiento efectuado por una consultora independiente a nivel provincial arrojó como resultado que más de la mitad de los cordobeses no está de acuerdo con la instalación de la nueva planta de Monsanto en la localidad de Malvinas Argentinas.
Fuente: La Gran Época