Se retoma en EEUU el tema de los micoherbicidas

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El tratamiento por parte del Senado estadounidense del proyecto denominado “Ley de Reautorización de la Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas” vuelve a poner de relieve el tema de las fumigaciones con un controvertido herbicida

Esta impredecible e insegura estrategia de control de drogas ya fue rechazada anteriormente por el Departamento de Agricultura de EE.UU., la CIA, la DEA y el Departamento de Estado

El día martes 4 de abril se dará a conocer un nuevo informe relativo a un plan propuesto por el Congreso estadounidense por el cual se exige que la Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas reactive las investigaciones en materia de herbicidas nocivos derivados de hongos mohosos. Dicha propuesta fue calificada de extremadamente imprudente, peligrosa e impopular incluso en opinión del Zar Antidrogas de la Casa Blanca, John Walters. El herbicida en cuestión se aplicaría mediante pulverización a cultivos ilícitos de países productores de drogas, tales como Colombia y Afganistán. El documento, que lleva por título “La reiteración de errores pasados: otro proyecto de ley para la investigación de los micoherbicidas”, analiza treinta años de fracasos en los estudios sobre el tema y estima que la reforma propuesta no sólo constituye “una replicación de estudios anteriores [y], al no poderse garantizar su éxito, representa un derroche de millones de dólares en fondos de los contribuyentes” sino que se trata de una enorme pérdida de millones de dólares de los fondos de los contribuyentes.

Todos los organismos gubernamentales estadounidenses que estudiaron los micoherbicidas como agentes de erradicación de cultivos ilícitos decidieron rechazarlos, como es el caso del Departamento de Agricultura, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Administración antidrogas (DEA), entre otros. Se demostró que los micoherbicidas eran nocivos para quienes los manejaban, tóxicos para las plantaciones no objetivo (tales como los cultivos alimentarios, los de drogas lícitas y las flores), persistentes en el medioambiente durante meses o años e ineficaces contra las cepas de coca resistentes a ellos.

El informe, encargado por Drug Policy Alliance, señala que la aplicación unilateral de micoherbicidas (hongos transgénicos de tipo mohoso) podría percibirse internacionalmente como un acto de guerra biológica que acarrearía posibles consecuencias negativas en el ámbito diplomático.

“De promulgarse, esta ley generaría consecuencias sumamente negativas para Estados Unidos y dañaría sus relaciones con el resto del mundo”, sostiene Jeremy Bigwood, autor del estudio. En el ámbito internacional, la aplicación de micoherbicidas en otros países por parte de EE.UU., que es lo que propone este proyecto, podría considerarse violatoria de las disposiciones de la Convención sobre Armas Biológicas y probablemente aumentaría el apoyo a los grupos de insurgentes de Colombia y Afganistán. En materia de armas biológicas debemos ajustarnos a las mismas normas de responsabilidad que aplicamos a nuestros aliados y enemigos”, agrega.

La Cámara de Representantes de EE.UU. acaba de aprobar el proyecto de Ley de Reautorización de la Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas de 2005 que dispone la puesta en marcha de una investigación científica en materia de micoherbicidas como agentes de erradicación de cultivos ilícitos. El Senado debatirá el mencionado proyecto y se espera que presente su propia versión del mismo durante el primer semestre de 2006.

Los autores del proyecto de ley incluyeron en él disposiciones que recomiendan la realización de estudios de campo con micoherbicidas en determinados países productores de drogas, tales como Colombia y Afganistán. Sugieren, equivocadamente, que no existen estudios suficientes en cuanto al uso de estos compuestos como agentes de erradicación de cultivos ilícitos, lo cual es absolutamente falso. Durante los últimos treinta años ese tipo de utilización de los micoherbicidas fue objeto de estudios de campo y de laboratorio por parte de entidades del gobierno estadounidense y de otros países.

Durante su declaración ante la Comisión de Asuntos Internacionales de la Cámara de Representantes el 11 de mayo de 2005, John Walters, Zar Antidrogas de la Casa Blanca, manifestó lo siguiente: “[…] Dada la naturaleza del debate sobre los micoherbicidas, probablemente suscitará inquietudes, cuando ya contamos con un herbicida eficaz [el Roundup], respecto de los otros agentes que se introduzcan en el medioambiente. Asimismo, el gobierno colombiano ha indicado que no tiene interés [en los micoherbicidas]. Cabe reiterar que no queda claro si este organismo en particular ataca específicamente a la coca […] Si fumigásemos y el organismo no infecta sólo a la coca, se causaría un daño considerable al muy delicado medioambiente de Colombia. A fin de empezar las pruebas [de este micoherbicida] en áreas abiertas, se sugiere que se utilice… Reitero, cuando se fumigan las áreas de cultivo con una sustancia extraña, en zonas próximas a grupos humanos y de animales domésticos, debe asegurarse de que es algo seguro. Y… si se hace esto en un entorno democrático, debe contarse con que el pueblo confía en que se trata de una situación segura […]”.

En 1998 el Congreso aprobó el proyecto del Senado S.2522, denominado “Ley para la Eliminación de las Drogas en el Hemisferio Occidental”, que autorizaba la asignación de 23 millones de dólares para un “Plan Marco de Micoherbicidas para el Control de Cultivos de Narcóticos” de tres años de duración. Un año más tarde se estructuró el Plan Colombia, que suministraba ayuda al gobierno de ese país para la lucha contra el narcotráfico y los grupos de insurgentes. Una parte integral del plan implicaba que los colombianos aplicarían el micoherbicida Fusarium oxysporum a los cultivos de coca. Aunque en Latinoamérica diversos gobiernos, los medios de comunicación y las ONG objetaron el plan estadounidense, éste fue aprobado en el mes de agosto de 2000

Antes de que el Plan Colombia fuese sancionado por el Congreso, el tema de los micoherbicidas había sido tratado durante una reunión del Consejo Nacional de Seguridad (NSC) en el mes de junio de 2000. Los miembros del Consejo expresaron su preocupación de que la utilización de dichas sustancias en Colombia podría percibirse como un acto unilateral de guerra biológica por parte de Estados Unidos. Se temía establecer este precedente, así como las posibles reacciones que podría generar. En consecuencia, cuando el presidente Clinton promulgó la ley del Plan Colombia decidió excluir las disposiciones relativas a la utilización de los micoherbicidas en dicho país.

“Esperamos que el Senado considere en forma detallada los posibles efectos desastrosos de las fumigaciones con micoherbicidas y que cuando elabore su versión del proyecto de ley los eliminen del texto”, señaló Bigwood. “Instamos al Senado a que rechace todo proyecto de ley que exija que el gobierno estadounidense vuelva a realizar pruebas con micoherbicidas como agentes de erradicación de cultivos ilícitos, tanto en el país como en el extranjero”, acotó.

Quienes deseen consultar el informe, de divulgación prohibida por el momento, pueden dirigirse a www.drugpolicy.org La prohibición de difusión se levantará a las 24:01 del día martes 4 de abril para publicación en los ciclos noticiosos matutinos de dicha fecha.

Drug Policy Alliance
Contacto: Tony Newman, 646-335-5384 - O Tommy McDonald, 646-335-2242

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