Sale a luz mapeo de cadenas de maíz y frijol en Centroamérica
A la luz de esta investigación, Nicaragua, Guatemala, Honduras y El Salvador tienen más áreas cultivadas de maíz y frijoles; pero son los dos primeros países quienes concentran los mayores volúmenes de producción: Nicaragua con el 40 por ciento del frijol, y Guatemala con el 38 por ciento del maíz
La solución a los problemas socio económicos y ambientales de más de un millón de familias de pequeños agricultores centroamericanos, no puede quedarse a nivel de finca, ni obviar acciones de preproducción, transformación y comercio, sostiene el recién finalizado estudio de Red SICTA "Mapeo de Cadenas Agroalimentarias de Maíz Blanco y Frijol en Centroamérica" .
En sus 132 páginas, el documento recopila análisis de cadenas de ambos cultivos, elaborados con anterioridad en Guatemala, Belice, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Panamá. A esta información, los investigadores de Red SICTA la complementan con un análisis del mercado mundial y regional, más los datos primarios de productores, comercializadores, especialistas y funcionarios públicos.
El estudio analiza el "alto grado de importancia social y económica" que tienen ambos cultivos para la región, tales como la generación de 119 millones de jornales, o el valor bruto de la producción regional de maíz y frijol estimada en 1,100 millones de dólares anuales.
Más de un millón de familias de pequeños y medianos agricultores se garantizan su alimento cultivando maíz y frijoles; los excedentes que pueden comercializar les sirven para afrontar otros gastos básicos familiares.
El estudio de cadena reitera que la producción de maíz y frijoles "está muy ligada a las principales causas de la pobreza rural: aislamiento geográfico, poco acceso a servicios públicos, bajo nivel de educación y deterioro ambiental", así como a factores productivos tales como la siembra en laderas, el uso de tecnologías manuales, la dispersión de los productores y el uso limitado de semillas mejoradas.
"Estas razones son más que suficientes para que todo gobierno, programa, organismo o institución se comprometa con soluciones para mejorar la solvencia de los productores", subraya la investigación de Red SICTA.
El documento le agrega, además, el análisis de un factor adicional de interés para este sector productivo, y es la tendencia mundial alcista en los precios de los cereales empujada por la industria de los biocombustibles, y la vincula a las ventajosas y poco aprovechadas condiciones agroclimáticas y laborales del istmo centroamericano.
En América Central y Panamá los rendimientos de maíz solo llegan a la cuarta parte del rendimiento que obtiene el productor estadounidense, aunque en el cultivo de frijol la situación mejora un poco al lograr un 53 por ciento del mejor rendimiento mundial.
A la luz de esta investigación, Nicaragua, Guatemala, Honduras y El Salvador tienen más áreas cultivadas de maíz y frijoles; pero son los dos primeros países quienes concentran los mayores volúmenes de producción: Nicaragua con el 40 por ciento del frijol, y Guatemala con el 38 por ciento del maíz.
La investigación también se enfoca en "la poco desarrollada industria de los granos básicos", y advierte en el preocupante escaso vínculo que tienen las industrias como Maseca, Gruma o Ducal con la producción regional. "La mayor parte de la materia prima que utilizan para elaborar harinas, boquitas, snacks, frijoles enlatados y otros derivados, la compran fuera de la región, porque el precio internacional de estos granos es más bajo", señala el informe.
xm.moc.oohay@unalaugaracin
Nicaragua, Centro America
Oyanca Maiz